Espacio

Viajar el espacio impacta de formas diferentes la salud de hombres y mujeres

La doctora Varsha Jain estudia para la NASA los cambios que ocurren en el cuerpo humano durante y después de una misión.

Christina Koch y Jessica Meir fueron las primeras en realizar una caminata espacial exclusiva de mujeres. NASA

La reciente caminata espacial de las astronautas Christina Koch y Jessica Meir, el 18 de octubre, revive el debate sobre la participación de las mujeres en las misiones al espacio. Científicos han comprobado que ellas sufren de forma distinta los cambios en su cuerpo durante y después del viaje.

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“La adaptación general al entorno espacial es aproximadamente la misma para hombres y mujeres, pero hay algunas diferencias”, aseguró la ginecóloga espacial Varsha Jain a la BBC durante una entrevista. Ella ha estudiado durante diez años la salud de las mujeres en el espacio, de la mano con la NASA.

Asegura que hay “diferencias sutiles” y no saben si están asociadas a las hormonas o cambios fisiológicos. Hasta ahora han observado que las probabilidades cambian entre ambos.

Mujeres:

  1. Se sienten más enfermas en el espacio
  2. Al regresar, manifiestan problemas con su presión arterial y se sienten débiles.

Hombres:

  1. Tienden a enfermarse al regresar a la Tierra.
  2. Presentan problemas con su visión y audición.

Sin embargo, ambos sufren “un proceso de envejecimiento acelerado”. Según Jain, “los astronautas pierden masa ósea cuando van al espacio y partes de esa masa ósea nunca se recuperan a pesar de las excelentes medidas y programas que tienen cuando regresan”.

La ginecóloga espacial, Varsha Jain, trabaja con la NASA para determinar los efectos de los viajes espaciales.

Las reglas del espacio

Enviar una mujer al espacio es casi una hazaña. Las cifras lo revelan: de 564 personas han viajado apenas 65 son mujeres. La NASA envío a su primera astronauta, Sally Ride, en 1983; unos 20 años después que la cosmonauta soviética Valentina Tereshkova entrara en órbita en 1963.

Jain contó que una de las dudas de los encargados de la agencia espacial estadounidense era el comportamiento del período femenino en gravedad cero. Finalmente, la píldora anticonceptiva resolvió este conflicto. La mayoría de las mujeres que van al espacio la toman para detener la menstruación.

Sin embargo, hay aspectos técnicos que deben resolverse. Entre ellos, adaptar el sistema de los baños de la Estación Espacial Internacional para lidiar con la sangre.

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En el espacio –explicó-, la orina no se desperdicia, se recicla y se recupera el agua potable. La sangre del período se considera un material sólido y ninguno de los baños de la estación espacial puede diferenciar el material sólido del líquido, por lo tanto, el agua que contiene se pierde y no se recicla”.

Sally Ride fue la primera mujer estadounidense en viajar al espacio, en 1983.

¿Fertilidad en riesgo?

Por otra parte, la ginecóloga espacial aclaró que no existe ningún efecto “demostrable” sobre la fertilidad de los viajeros al espacio. En ambos casos, los astronautas han tenido hijos después de sus misiones.

Sin embargo, la NASA apuesta por la congelación de óvulos y esperma; aunque no existe ningún protocolo oficial al respecto.

Hasta ahora, los estudios han determinado que “la calidad del esperma y el recuento de espermatozoides disminuye después del vuelo, pero luego los espermatozoides se regeneran en la Tierra, por lo que no se conocen daños a largo plazo”.

Aunque reconoció que “los astronautas están en riesgo de radiación en el espacio y no tenemos idea de cómo eso afectará la fertilidad de las mujeres”.

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