Es un hecho aceptado de manera general que el uso de dispositivos inteligentes como smartphones han venido a modificar nuestros hábitos y costumbres en la ejecución de actividades cotidianas, pero parece que ahora también ha afectado nuestro juicio moral.
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Una reciente investigación desarrollada por la City University of London, y publicada en la más reciente edición de Computers in Human Behavior, ha llegado a la conclusión de que el uso de un smartphone puede afectar la práctica de los valores humanos de una persona, inclinándose por la acción más utilitaria.
El estudio, realizado entre 954 sujetos, organizó una dinámica comparativa entre las acciones de personas que operaban una computadora personal para contestar una prueba y las que usaban un smartphone para responder el mismo test con diversos dilemas morales.
Bajo el clásico planteamiento de sacrificar a una persona para salvar la vida de otros cinco se descubrió que aquellos que contestaron a través de un smartphone optaron por la opción mortal más práctica en un 33,5%, mientras que los usuarios de PC sólo vieron eso como una alternativa viable en el 22% de los casos.
La conclusión del estudio es que los juicios morales de las personas dependen del contexto digital en el que se les presenta un dilema.
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De manera que el uso de un teléfono inteligente produce un “efecto de estrechamiento”, en el que las personas canalizan su enfoque hacia una tarea principal, e ignoran algunas variables.
Ahora podemos culpar al smartphone de nuestra frivolidad.
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