No todo fue gloria y festejos para la industria aeroespacial este fin de semana. Mientras la primera misión de SpaceX, tras casi medio año de inactividad, resultó un éxito rotundo, el proyecto de la agencia espacial japonesa por lanzar el cohete de transporte de satélites más pequeño de la historia terminó en un rotundo fracaso.
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Resulta que durante meses la Japan Aerospace Exploration Agency (JAXA), en colaboración con la Universidad de Tokio y Canon Electronics, preparó todo para el lanzamiento de este cohete, con apenas 10 metros de longitud y 50 centímetros de ancho, bajo el objetivo de poner en órbita un pequeño satélite que tomara fotografías de la Tierra.
El domingo 15 de enero se fijó como el día de la verdad y se hicieron todos los preparativos. Es instaló el mini cohete, SS-520 F4 , se cumplió con el protocolo al pie de la letra y se lanzó con éxito la nave. Hasta ahí todo bien.
Pero, de acuerdo con Japan Today, pocos minutos después del lanzamiento el cohete dejó de enviar datos a la central y comenzó a perder comunicación con el control de mando.
Por lo que se vieron forzados a cumplir con el protocolo y estrellar la nave en un lugar seguro sobre el mar antes de perder contacto absoluto con sus sistemas.
La meta original era que la JAXA pudiera demostrar la efectividad de esta nueva generación de cohetes diminutos, que podrían reducir hasta en un 90% el costo de una misión de lanzamiento con cohetes de trasnporte de satélites convencionales.
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No se sabe qué provocó el accidente, pero la misión fue un fracaso.
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