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Chromecast y la masificación del televisor inteligente

Fácil de usar y muy barato, el dispositivo de Google aprovecha la inteligencia del smartphone para la TV.

Durante el último par de años, el mercado de televisores se ha visto invadido por la llegada de los llamados “Smart TV” o “TVs inteligentes”, los que además de proporcionar el panel de plasma o LED correspondiente, añaden la posibilidad de conectarse y navegar por Internet para ver videos, fotografías y webs.

Dichos sistemas vienen integrados en el aparato desde fábrica y se controlan a través de un complejo control remoto y más recientemente, utilizando gestos de las manos y comandos de voz. ¿Pero y si el cliente desea ver contenidos desde Internet en su “TV-no-inteligente”? Aunque se han creado una importante variedad de equipos que se conectan al televisor para resolver esta problemática, Google ha sido el que más ha sorprendido con el Chromecast, un económico dispositivo de sólo USD$35 que es capaz de conectarse a casi cualquier televisor para otorgarle nuevas capacidades.

Qué consigue hacer el Chromecast

(cc) Leo Prieto / FayerWayer.

La premisa esencial del nuevo aparato de Google es la idea de transmitir contenidos desde un teléfono inteligente, tableta o notebook, hacia la pantalla grande de una TV. El sistema es completamente dependiente de alguno de estos tres dispositivos, con el Chromecast simplemente realizando la transmisión en tiempo real de la imagen que aparece en el aparato móvil hacia un panel de mayor tamaño.

Todo se ejecuta en el teléfono o tableta pero se visualiza en el televisor con mayor comodidad, entendiéndose que existen actividades de consumo multimedia que se disfrutan más en una pantalla de 40 pulgadas que en las cuatro, siete o quince pulgadas.

El equipo en nuestras manos sirve como control remoto para la TV, al mismo tiempo que no queda inhabilitado de realizar otras funciones como contestar llamadas de voz o enviar mensajes sin interrumpir la transmisión de imagen en tiempo real.

Google intentó hacer que el Chromecast fuera muy fácil de utilizar, exigiendo pocos requisitos y conocimientos tecnológicos para configurarlo y echarlo a andar en cosa de segundos. Para esto, es necesario tener en primer lugar una TV que posea entrada de video HDMI.

Una vez conectado al HDMI y también a una fuente de energía gracias a su cargador incluido desde fábrica, el Chromecast se conectará de manera inalámbrica con el teléfono, tableta o notebook que sirva de anfitrión para transmitirle los contenidos. Es necesario conectar todo a la misma red WiFi en el hogar para traspasar la información por el aire. Viene con soporte para sistema operativo Android de Google, iOS de Apple, Microsoft Windows y Mac OS X.

Un golpe bajo a las TVs inteligentes

(cc) Leo Prieto / FayerWayer.

Con el lanzamiento del Chromecast, Google indirectamente ataca al mercado de las “Smart TV”. Dichos aparatos integran de fábrica la plataforma necesaria para conectarse a Internet y ver vídeos en YouTube, Netflix y navegar por sitios web, incluyendo la antena WiFi y la mini-computadora a bordo. Pero el Chromecast utiliza la misma plataforma existente en teléfonos y tabletas para realizar idéntica labor, sólo extrayendo la imagen para proyectarla a mayor tamaño.

Esto le quita un peso de encima a la TV y la utiliza sólo como lo que es en esencia: un panel grande de puntos o pixeles, robando el negocio de los televisores inteligentes de manos de fabricantes como Samsung o Sony y llevándolo al bolsillo de los clientes, pues cada uno carga en su tableta o teléfono lo necesario para ver videos y explorar la web, sólo que hacía falta el puente entre estos y la TV en casa.

Aún resta ver la reacción de los fabricantes de Smart TV frente a la arremetida del Chromecast, ya que la decisión lógica del usuario de ahora en adelante podría ser adquirir un televisor “no-inteligente” por menor precio y un Chromecast por USD$35 de manera adicional, siendo la alternativa más económica a la hora de tener Internet en la pantalla grande del hogar.

Seguramente, dichas empresas afectadas responderán con más y mejores funciones integradas en sus televisores, como la inclusión de controles de voz optimizados, el reconocimiento preciso de movimientos corporales para mover elementos en pantalla, juegos instalados desde fábrica y otra clase de invenciones que les permitan diferenciarse de la nueva e interesante oferta de Google. Sin embargo, el precio parece imbatible.

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