Columna

Windows Blue: Explicando el nuevo programa de actualizaciones de Microsoft

Durante varios meses, hemos estado hablando sobre Windows Blue, la nueva iniciativa de Microsoft que busca renovar el sistema de actualizaciones y que de un momento a otro, comenzamos a llamar simplemente Windows 8.1. Después dijimos que Windows Blue en realidad también se aplicaba al sistema operativo móvil Windows Phone 8. ¿Qué pasó?

¿De qué se trata todo?

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En un principio, cuando comenzaron a aparecer los primeros indicios de Windows Blue en la prensa especializada, se creía que estábamos frente al nombre clave de Windows 9. Sin embargo, pasó el tiempo y diversas fuentes comenzaron a aclarar que en realidad, Blue es un proyecto más grande y general en la empresa que busca regular el período de actualizaciones de varios productos de software, entre ellos, Windows.

Se creyó que Windows 9 era Blue. Pero no. Resulta que la nueva versión de Windows se llamará Windows 8.1 y nos demuestra la primera faceta de Blue: apurar el proceso de actualizaciones y no enfocarse en un solo gran cambio cada varios años, sino que una vez cada 12 o menos meses se lanzará una nueva versión grande que no redefinirá el producto, como ocurrió en los traspasos de XP a Vista, luego a 7 y más tarde a 8.

Blue es una nueva forma de pensar en Microsoft. Es cambiar desde un sistema de actualizaciones grandes cada mucho tiempo hacia cambios anuales menores. Y afecta a todos los productos de la compañía, siendo Windows 8 el primer conejillo de indias de aquello y que por consecuencia, recibirá su primer refresco bajo el nombre Windows 8.1. Pero Blue se aplica a Windows Phone 8, Windows Server e incluso a Office, que recibirá su actualización bajo el nombre Gemini. Todos se llamarán distinto y Blue será el gran proyecto madre.

¿Por qué lo hacen?

 

El modelo de lanzar una nueva versión de Windows, Office o Windows Phone cada varios años va en contra de la tendencia de la industria. Microsoft se quedó en el pasado con dicho modelo, que vendía cajas con un CD al consumidor que actualizaba cada mucho tiempo, si es que lo hacía.

La tendencia vigente es la que sigue por ejemplo Google con Android, que mantiene al aire constantes actualizaciones y las va llamando Android 4.0, 4.1, 4,2 y cuando de verdad se trate de algo grande e importante, será Android 5. Y Microsoft no hace más que ponerse a la par con esto.

¿Qué debemos esperar?

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Últimamente, hemos visto numerosas filtraciones de características en Windows 8.1. Que tendrá más opciones de personalización, será capaz de sincronizar su pantalla de inicio entre varios dispositivos, traerá consigo Internet Explorer 11, mostrará una nueva herramienta de búsqueda y podrá iniciarse directamente hacia la pantalla del escritorio en lugar de Modern UI.

Lo que tienen en común todos estos cambios es que son detalles menores, nada que defina por completo un cambio de plataforma y que llegan a modo de “mejoras” para el último gran cambio que vivió la compañía, que fue Windows 8. Algunos ojos los ven como si fueran “Service Packs” pero que a diferencia de estos últimos, traerán cambios sustanciales a la interfaz gráfica de usuario y añadirán funciones superficiales, no sólo corregirán vulnerabilidades.

Así, Windows 8 estará constantemente en proceso de perfeccionamiento y seguramente el feedback de los usuarios será muy escuchado, existiendo la instancia ahora para generar cambios importantes en el sistema operativo a través de un aumento de versión sin necesidad de esperar el lanzamiento de un nuevo producto años más tarde.

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Queda preguntarse cómo distribuirá Microsoft estas actualizaciones. Tiene lógica que sean gratuitas, ya que son cambios pequeños, por lo que pasar de Windows 8 a 8.1 y mas tarde a 8.2 debiera ser indoloro para los usuarios. Sin embargo, no sabemos aún cómo ganará dinero la empresa a través de este sistema, especialmente si consideramos que el proyecto indica que durante varios años y hasta que alguien tenga una idea muy revolucionaria, no tendremos Windows 9 en el mercado.

Así que una forma de ganar dinero podría ser cobrar para actualizar, pero una cifra muy pequeña y de la que hasta el momento no hay más que especulaciones, en algo que seguramente se sabrá muy encima del primer lanzamiento oficial obra del proyecto Blue, que será Windows 8.1.

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