Sandro Botticelli pintó entre 1482 y 1485 uno de los cuadros cumbres de todos los tiempos: el Nacimiento de Venus. Siguiendo la mitología griega, aparece la diosa surgiendo de una concha, rodeada por seres mágicos. Ahora, en pleno siglo XXI, la Inteligencia Artificial trabaja con ella para convertirla en una influencer a favor del turismo de Italia.
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Pero no todos están a favor de la situación.
El Ministerio de Turismo local impulsa la campaña Open to Meraviglia en Instagram, con una Venus ilustrada por Inteligencia Artificial paseándose por los principales sitios turísticos del país. El nombre de la cuenta es Venereitalia23, y tiene ya más de 201 mil seguidores con solo 15 publicaciones.
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Así, vemos a la diosa pintada por Botticelli en sitios como el Coliseo de Roma, la Costa dei Trabocchi o Polignano A Mare, siempre gracias a la IA.
“¡Hola a todos!”, escribió en su primera publicación, el pasado 20 de abril. “Bienvenidos a mi nuevo perfil. Prepárate para emprender un viaje para descubrir maravillas italianas. ¡Sígueme!”.
La controversia alrededor de la Venus trabajada con Inteligencia Artificial
Sin embargo, no todos están de acuerdo con el uso de la Venus como parte de la campaña, o incluso de las fotografías que están de fondo. Hasta critican que hable en inglés.
“¿No tendría más sentido empezar un proyecto con los editores y creadores de contenido que han estado hablando sobre las bellezas de Italia durante años?”, escribió una persona.
Otra: “La fuerza centrífuga con la que Botticelli se está revolviendo en su tumba sería suficiente para iluminar todo el país durante los próximos años”.
Una más: “Pero con todos los creadores italianos comprometidos cada día para promocionar las bellezas de nuestro país, ¿tuvieron que pagar 9 millones de euros por una muñeca virtual sin personalidad y sin emociones? ¿Realmente queremos presentar Italia en el mundo así? Esto es tan amargo”.
Su publicación más reciente es de este fin de semana, y se refiere a las inundaciones que vive la zona de Emilia Romagna. “Está en nuestros pensamientos y corazones”, escribió.
Tampoco contentó a muchos de los italianos que lo vieron. “Estás cruzando los límites de la decencia”, afirmó uno. “¿Fotos tomadas desde sitios de inventarios con las manos en el corazón para hablar de la tragedia de la inundación? Tienes que entender que en algún momento la inteligencia emocional es saber cuándo parar”, señaló otro.
En fin, la controversia está servida.