La era de las cajas de smartphones cada vez más vacías continúa. Incluso tenemos temor de que algún día, hasta la caja sea eliminada. Esta tendencia acaba de alcanzar un nuevo hito: Tras la eliminación del cargador por parte de gigantes como Apple, Samsung y Google, ahora la navaja de los recortes llega hasta el cable USB. ¿Adiós cable?
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Sony ha sido el primer fabricante en dar este paso con un teléfono inteligente, al lanzar el nuevo Xperia 10 VII sin incluir absolutamente ningún accesorio de carga en la caja, ni el cargador ni el cable. (Algún día nos venderán un telefono en bolsa o una caja sin teléfono)
La confirmación se dio a conocer a través de fotos compartidas por usuarios, donde la caja del dispositivo luce íconos que indican claramente la ausencia tanto del adaptador de corriente como del cable USB. Si bien Apple ya había aplicado esta medida a sus AirPods (AirPods 4 y AirPods Pro 3), Sony es la primera marca en implementarla en un smartphone.
Sostenibilidad: La excusa y el ahorro de costes (para ellos)
La justificación oficial de las compañías para esta progresiva reducción de accesorios es la sostenibilidad y la reducción de residuos electrónicos. El argumento se basa en que, después de años de estandarización (principalmente con USB-C), la mayoría de los usuarios ya tienen varios cargadores y cables en casa.
Sin embargo, el consenso en la industria tecnológica es que la principal razón no es ambiental:
- Ahorro Millonario: Eliminar el cable ahorra una cantidad mínima por unidad, pero al vender millones de dispositivos, esos “céntimos” se traducen en un ahorro significativo de costes de producción y logística para el fabricante.
- Venta de Accesorios: Al no incluir accesorios, se impulsa la compra de cables y cargadores oficiales de la propia marca, que tienen un margen de beneficio mucho más alto que el del teléfono en sí.
El riesgo para el usuario
Esta decisión, impulsada por el ahorro de costes, genera un problema real para el consumidor menos informado.
La necesidad de comprar un cable por separado impulsa a muchos usuarios a recurrir a alternativas baratas y genéricas. Estos cables suelen tener certificaciones de baja calidad o falsas, lo que puede provocar problemas de carga (velocidades ridículas), una rotura rápida o, en el peor de los casos, daños en el smartphone.
Sony tiene una cuota de mercado relativamente pequeña, pero la historia reciente muestra que cuando una marca importante sienta un precedente de reducción de costes, el resto de la industria no tarda en seguir el camino. Si esta tendencia es adoptada por los grandes jugadores, la compra de un cable USB de calidad certificada se convertirá en un coste extra obligatorio para los consumidores.