Siempre que aparece una nueva tecnología llega con un miedo de la humanidad. La vacuna del coronavirus y el 5G era supuestamente la estrategia perfecta para inocularnos un chip para controlarnos; otro de los mitos recientes dice que la inteligencia artificial es una amenaza para que las máquinas se adueñen de la humanidad. Pero antes de todo eso estaba el temor por los celulares, sobre los que se decía que provocaban cáncer.
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Era muy común escuchar a una tía, un abuelo o a cualquier persona mayor decir que llevar mucho tiempo el celular en la cintura, podría provocar cáncer de próstata en los hombres o de ovarios en las mujeres.
También aseguraban que sostenerlo durante mucho tiempo en el oído afectaba las membranas protectoras, la glándula pituitaria, las glándulas salivales y podría provocar algún tipo de cáncer como tumores cerebrales o diferentes tipos de leucemias.
Siendo condescendiente con quienes realizaban estas afirmaciones, no estaban tan descabellados, ya que los celulares usan conexiones entre los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF-EMF), un tipo de radiación emitida por los dispositivos móviles.
Por lo tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diferentes instituciones científicas, realizaron investigaciones para determinar si estos mecanismos tenían influencias sobre algún tipo de cáncer.
Usar el celular no da cáncer
Así como calentar la comida en el microondas de la oficina no da cáncer, usar el celular pegado en el oído tampoco. “Los estudios utilizados en el análisis fueron diversos, se llevaron a cabo en 22 países y examinaron los campos electromagnéticos de radiofrecuencia de diversas fuentes. En prácticamente ningún caso se detectó una relación entre la radiación y un mayor riesgo de cáncer, incluso en el caso de personas que pasaron casi todo el día cerca de sus teléfonos”, reseñó Gizmodo en una nota amplia que cita a varios estudios científicos.