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Demandaron a Google, xAI y OpenAI por entrenar chatbots

El reclamo: habrían usado libros con copyright sin permiso para entrenar modelos. Reuters

ChatGPT vs. Gemini.
Imagen: Forbes | ChatGPT vs. Gemini.

En la fiebre del oro de la inteligencia artificial, no solo se compite por el mejor modelo: también por el contenido que alimenta a esos cerebros digitales. Y cuando ese contenido tiene dueño, la historia se vuelve menos “innovación” y más “tribunal”.

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Esta semana, un grupo de autores decidió que ya basta de explicaciones vagas y fue directo al punto: si los chatbots aprendieron con libros ajenos, entonces alguien debería rendir cuentas… y pagar.

Quién demanda y a quién: una lista de “pesos pesados” (y un debut)

La demanda fue presentada el lunes 22 de diciembre de 2025 en un tribunal federal de California por Carreyrou y cinco escritores más. En el listado de demandados aparecen nombres grandes y variados: xAI (de Elon Musk), Anthropic, Google, OpenAI, Meta y Perplexity.


Hay un detalle que vuelve este caso especialmente llamativo: es la primera vez que xAI aparece como demandada en este tipo de conflictos por entrenamiento de IA con obras protegidas.

El núcleo de la acusación: “pirateo” para alimentar modelos

El corazón del reclamo es directo y difícil de maquillar: los autores sostienen que las empresas “piratearon” sus libros y los incorporaron a los grandes modelos de lenguaje (LLM) que impulsan sus chatbots.

No se trata de un debate filosófico sobre “inspiración”, sino de una acusación concreta de uso sin autorización.

Y aunque las compañías no respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios, el mensaje del escrito apunta a una idea central: si el insumo es valioso, no debería tratarse como si fuera gratuito por defecto.

El asistente de la red social X, Grok XAI

La jugada distinta: no quieren demanda colectiva (y explican por qué)

A diferencia de otros procesos en curso, los autores no buscan agruparse en una gran “class action”. La razón que entregan es táctica: creen que ese formato favorece a los acusados, porque les permite negociar un único acuerdo global con muchos demandantes a la vez.

En palabras simples: temen que una demanda colectiva termine funcionando como una “caja de pago” donde miles de reclamos de alto valor se liquiden por un monto promedio que, para cada autor, se sienta como propina.

La sombra del acuerdo de Anthropic: el antecedente de US$1.500 millones

El documento también mira de reojo el mayor precedente reciente: el acuerdo por US$1.500 millones que Anthropic alcanzó para resolver un conflicto similar con autores.

La nueva demanda critica que, bajo ese esquema, los miembros del grupo recibirían solo una fracción del máximo legal por obra (la cifra que citan es 2% del tope estatutario).

Dicho de otro modo: el caso no solo discute “si hubo uso indebido”, sino cuánto vale realmente un libro cuando se convierte en combustible para una IA.

Un pleito dentro de una ola más grande

Este no es un episodio aislado: en Estados Unidos sigue creciendo la ola de demandas por copyright relacionadas con entrenamiento de IA.

Incluso empresas fuera del club típico de “chatbots” han recibido acciones legales, como Adobe, acusada recientemente de usar libros para entrenar modelos sin permiso.

La industria está, básicamente, en una etapa donde el entrenamiento de modelos y los derechos de autor chocan de frente: innovación a velocidad de servidor vs. reglas a velocidad de juez.

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Qué podría pasar ahora

El caso abre varias preguntas que pesan más que cualquier comunicado:

  • Si el tribunal valida la tesis de los autores, podría subir el costo (y la complejidad) de entrenar modelos con material editorial.
  • Si las empresas logran defenderse con argumentos como licencias, fuentes permitidas o interpretaciones legales favorables, se consolidaría un estándar más cómodo para el sector.

Por ahora, lo único seguro es que el tema dejó de ser un murmullo académico: ya está en manos de la justicia.

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