Internet

Grindr apostaría por la inteligencia artificial para ser la app definitiva de los gays

La plataforma apuesta por una etapa “AI-first”: más recomendaciones útiles, más servicios y un intento claro de convertirse en más que una app de citas.

Si Grindr fuera una ciudad, no sería solo una avenida de bares: tendría farmacia abierta 24/7, oficina de turismo y un tablón de anuncios del barrio. Esa es, al menos, la ambición que se desprende de los planes de su CEO, George Arison, quien está empujando a la app hacia una nueva identidad en la que la inteligencia artificial no es un adorno, sino el motor central.

Te puede interesar: [Que nadie se de cuenta: Waze copió una de las mejores funciones de Google Maps]

La idea suena a reinvención total: pasar de “app de encuentros” a plataforma social y de servicios para hombres gays, con una IA que ayude a navegar desde la vida nocturna hasta el bienestar.

De “aquí se liga” a “aquí se vive”: la visión de la gayborhood digital

Grindr fue pionera en 2009 al convertir la geolocalización en un mapa social en tiempo real. Con Arison (que llegó en 2022) la empresa habla directamente de “refundación”: renovación de equipo, más inversión en producto y una narrativa que intenta construir confianza donde antes había ruido.


La hoja de ruta se apoya en un concepto: la “gayborhood”, un vecindario digital donde conviven varios usos. En palabras y decisiones, Grindr quiere dejar de ser un sitio al que se entra con prisa y se sale igual de rápido, para convertirse en un lugar donde el usuario también descubre, planifica y se cuida.

Para aterrizarlo, Arison estructura el plan en tres grandes ejes: salud y bienestar, viajes y experiencias, y descubrimiento local. No es que la app vaya a transformarse en una guía turística de golpe, pero el mensaje es claro: el “feed” de perfiles ya no sería el único centro de gravedad.

La apuesta más sensible: salud, privacidad y una app que toca datos delicados

El giro más ambicioso está en salud. Grindr ya empujó conversaciones clave en la comunidad, como visibilizar el estado de PrEP en perfiles. Ahora busca ir más allá con productos y servicios integrados: pedidos de tests, recordatorios, y potencialmente más opciones vinculadas a prevención y tratamiento.

Ese tipo de propuesta abre una tensión inevitable: para ser útil, una plataforma necesita contexto; para ser segura, necesita discreción.

Y Grindr vive en el extremo delicado de esa cuerda floja porque maneja información que puede ser especialmente sensible: orientación, hábitos, ubicación y, en algunos casos, datos relacionados con salud sexual.

Por eso la compañía insiste en que la privacidad es “primordial”, incluso si eso implica renunciar a prácticas típicas de otras apps, como obligar a verificaciones faciales.

El argumento es pragmático: una parte importante de su base de usuarios prefiere mantener el perfil discreto, y forzar ciertos requisitos podría expulsarlos.

En paralelo, la empresa intenta reforzar la moderación, incluyendo detección de menores de edad y conversaciones inapropiadas, combinando sistemas automáticos y moderadores humanos. El objetivo: que la app no sea solo rápida, sino también más segura y más difícil de abusar.

Grindr (SOPA Images/SOPA Images/LightRocket via Gett)

IA para resolver el problema real: poca “densidad”, demasiadas dudas

Aquí aparece la promesa estrella: la inteligencia artificial como solución a un reto que, según Grindr, define las citas en el mundo gay fuera de grandes ciudades.

El problema es la densidad: hay menos usuarios potenciales en un radio cercano, y eso hace que “quién está cerca” no siempre sea suficiente para que una conversación tenga sentido.

La propuesta de Arison apunta a que la IA ayude a añadir contexto (siempre con consentimiento): por qué podría funcionar una conversación, qué intereses conectan, qué expectativas coinciden.

En teoría, eso reduce la fricción del primer mensaje y evita la sensación de estar scrolleando en piloto automático.

Es un cambio de filosofía: no solo mostrar gente alrededor, sino ayudar a entender por qué valdría la pena hablar con alguien.

Rebranding, polémicas y un objetivo: limpiar el “ruido” sin perder el filo

Grindr también carga con una historia de controversias: acusaciones sobre manejo de datos, decisiones de moderación que encendieron críticas públicas y el escrutinio constante que viene con ser la app más famosa del segmento.

Arison evita politizar la plataforma y se enfoca en vender una idea simple: el usuario entra por su vida social, no por debates partidistas.

A eso se suma el capítulo corporativo: hubo un intento de privatización que finalmente no prosperó.

Para la empresa, seguir siendo pública tiene un lado positivo: más vigilancia, sí, pero también una vitrina para demostrar que puede ser una compañía sólida, con ambiciones grandes y un producto más maduro.

En el fondo, la jugada de IA no es solo tecnológica: es de marca. Grindr quiere que la conversación deje de ser “la app del morbo” y pase a ser “la app que entiende al usuario”.

Y para lograrlo, está apostando a que la IA haga algo difícil: personalizar sin invadir, recomendar sin exponer y crecer sin traicionar la discreción.

Te puede interesar: [Esto es todo lo que llega con la nueva actualización de WhatsApp en diciembre]

Si esa fórmula funciona, Grindr no será solo un lugar para encontrar a alguien cerca. Será, literalmente, un barrio entero en el bolsillo.

Tags

.

Lo Último