La rivalidad entre Sam Altman y Elon Musk acaba de romper la atmósfera. Literalmente. Después de años de tensión por el rumbo de OpenAI, ahora el enfrentamiento se muda al espacio exterior. Y no es solo por ego tecnológico: se trata de energía, poder computacional y, cómo no, datacenters galácticos.
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Altman quiere despegar, pero con su propio cohete
Según reveló The Wall Street Journal, Sam Altman habría intentado comprar Stoke Space, una startup de Seattle especializada en cohetes reutilizables. ¿La idea? No es lanzar turistas al espacio ni competir por ver quién llega primero a Marte.
Altman quiere montar datacenters en órbita, y para eso necesita lanzadores propios. Nada de depender de Elon Musk.
Aunque las negociaciones con Stoke se enfriaron durante el otoño, el mensaje es claro: OpenAI está explorando opciones más allá de la estratósfera.
¿Por qué llevar servidores al espacio?
Más allá del drama interplanetario, hay lógica detrás del plan. La IA moderna exige una cantidad brutal de energía, y eso está empezando a incomodar incluso a los más verdes del Valle del Silicio. En la Tierra, enfriar estos servidores consume agua, energía y paciencia. Pero en el espacio...
- La energía solar es inagotable (y sin nubes que molesten)
- El vacío espacial es el mejor aire acondicionado natural
- Y no hay vecinos que se quejen del zumbido de las GPU
En palabras simples: el espacio es el paraíso para un servidor de IA.
Una fiebre espacial que ya contagió a todos
Y Sam Altman no está solo en esta. La idea que hace unos años sonaba a ciencia ficción ya es un proyecto en marcha para varios gigantes tecnológicos:
- Google está cocinando el proyecto Suncatcher, con satélites equipados con TPUs.
- Nvidia se alió con Starcloud para montar un clúster de GPUs en órbita (sí, H100 voladoras).
- Eric Schmidt, ex CEO de Google, invirtió en Relativity Space para lanzar centros de datos.
- Y Jeff Bezos predice que en 20 años habrá ciudades flotantes llenas de datacenters.
¿Y qué dice Elon? Spoiler: no se preocupa
Por supuesto, Elon Musk no se quedó callado. Ante tanto entusiasmo por reinventar los centros de datos, el fundador de SpaceX lanzó su clásico comentario sin filtros:
“No hace falta reinventar la rueda. Bastará con escalar los satélites Starlink V3… SpaceX lo va a hacer.”
Traducción: Mientras ustedes planean y financian, yo ya estoy volando.
¿Quién ganará esta carrera estelar?
Por ahora, Altman todavía no tiene su propio cohete, pero si algo ha demostrado OpenAI es que sabe moverse rápido (aunque no literalmente en órbita).
Si logra encontrar un socio o retomar las conversaciones con Stoke Space, podríamos ver una nueva guerra fría espacial… solo que en lugar de misiles, los protagonistas serán racks de servidores y modelos de lenguaje flotando en el cosmos.
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¿Lo próximo? ChatGPT versión interestelar. Porque si ya conquistó internet, el espacio no parece tan lejano.

