Cuando presentó Apple Intelligence, Apple fue cristalina con OpenAI: avisos en pantalla, permisos explícitos y todo el protocolo. Con Google, en cambio, la película será otra: Siri recibirá esteroides de Gemini, pero el rótulo dirá “hecho en Cupertino”. Así funciona este pacto “juntos pero no revueltos”.
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La alianza fantasma: Apple sí usa Gemini, pero no lo dirá
Las fuentes de Mark Gurman hablan de un acuerdo cercano a mil millones de dólares para que Siri utilice la tecnología de Gemini. La diferencia con ChatGPT no es técnica, sino narrativa: no habrá comunicado conjunto ni mención en keynotes.
Cuando la nueva Siri aterrice con iOS 26.4, parecerá 100% Apple. El “otro” no será nombrado… aunque su código esté trabajando tras bambalinas.
¿Por qué tanto sigilo? Porque Google es el rival directo en móviles (Android, Pixel) y reconocerlo chocaría con la historia de autosuficiencia que Apple ha construido por décadas.
Con OpenAI, que no compite en hardware ni sistemas, la transparencia era más digerible. Con Google, el menú exige discreción.
AFM v10: el alias que borra a Google del mapa
En los pasillos de Cupertino, Gemini no se llama Gemini. Se llama “AFM v10”, como si fuese la décima versión de los Apple Foundation Models. El objetivo es claro: asimilar la tecnología como propia, mantener la conversación interna sin logos ajenos y, de paso, blindar el relato público.
Es un matrimonio de conveniencia: Google ya paga por ser buscador en Safari y Apple necesita músculo IA de primer nivel. Se juntan, pero cada uno cuida su marca.
Cerebro prestado, cuerpo Apple: quién hace qué
No es un simple “enrutado” a servidores de Google.
Apple “compra” el conocimiento de Gemini y lo ejecuta en su nube privada, sobre hardware con Apple Silicon. La base de cómputo y el modelo colosal (se habla de 1,2 billones de parámetros, un salto de ~700% frente a lo que corre hoy en Apple Intelligence) vienen de Google; el control, el tono de Siri, la orquestación y la privacidad los pone Apple.
Resultado: un Gemini distinto, integrado y encapsulado en el ecosistema de Apple, sin logo de Google a la vista.
Transparencia a la carta: por qué con OpenAI sí y con Google no
Con ChatGPT, el sistema pregunta si el usuario desea salir del jardín de Apple y enviar la consulta. Hay conmutadores visibles y mensaje claro. Con Gemini, la consigna es invisibilidad total: sin pop-ups de marca ni “Powered by…”.
A ojos del usuario, Siri simplemente mejora: entiende mejor, responde más rápido y se equivoca menos. A ojos de Apple, la narrativa permanece intacta.
2026: Siri suena a Apple, piensa (un poco) en Google
Cuando llegue la primavera de 2026 y Siri por fin entienda lo que se le pide sin dramas, no aparecerá ningún logotipo de Google.
Pero el salto de calidad tendrá mucho que ver con ese cerebro prestado y con el trabajo quirúrgico de integración: Apple manda sobre los datos, define la personalidad y marca los límites de privacidad.
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Juntos pero no revueltos: Gemini debajo del capó, Apple al volante y Siri con un nuevo nombre interno que le permite ser más lista sin dejar de ser “de Apple”.

