El Derecho de Acceso Universal a la Información (DAUI) es un derecho fundamental consagrado en el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En esencia, significa que toda persona tiene el derecho a buscar, recibir y difundir información, un principio considerado crucial para la rendición de cuentas, la lucha contra la corrupción y la toma de decisiones informadas por parte de la ciudadanía.
Este derecho es tan relevante que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la UNESCO, proclamó el 28 de septiembre como su día internacional en 2019, reconociendo su papel como un derecho esencial que posibilita el cumplimiento de otros derechos y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La tecnología: de vehículo a barrera del acceso
Si bien Internet se ha consolidado como el vehículo principal para que los gobiernos apliquen el concepto de “Gobierno Abierto” al publicar sus datos, la tecnología ha creado una doble dinámica que amenaza la universalidad de este derecho.
Por un lado, la brecha digital se ha acentuado. La dependencia de la información que fluye en línea convierte el DAUI en una promesa vacía para miles de millones de personas que carecen de conectividad, dispositivos o la alfabetización digital necesaria para acceder, buscar y comprender la vasta información disponible en la red.

Por otro lado, la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) y los algoritmos plantea serios desafíos a la calidad y la imparcialidad de la información. Los algoritmos de las plataformas y redes sociales actúan como “guardianes” de la información, decidiendo qué contenido se le muestra a cada usuario y creando “burbujas de filtro” que limitan la diversidad de las fuentes.
Además, la IA generativa ha facilitado la creación masiva de desinformación y deepfakes, lo que socava el principio fundamental del DAUI, que es el derecho a recibir información veraz. Esto complica la capacidad de los ciudadanos para distinguir la verdad y ejercer su derecho de manera efectiva.
Implicaciones en el control y la privacidad
Finalmente, la tecnología incide en el control de la información. Los sistemas de vigilancia masiva y el uso de la nube (Cloud Computing) pueden comprometer el anonimato de quienes buscan información sensible, lo que reduce la capacidad de la ciudadanía para ejercer el DAUI libremente.

En conclusión, mientras el Derecho de Acceso Universal a la Información exige cada vez más transparencia a las instituciones, la era digital obliga a plantear nuevos marcos regulatorios internacionales que permitan el flujo libre y veraz de los datos sin comprometer la privacidad ni la equidad en el acceso.

