Comprar acciones con ayuda de un chatbot no era algo que teníamos en el radar hace unos años, pero la inteligencia artificial lo cambió todo. Hoy, al menos uno de cada diez inversores minoristas está usando IA para tomar decisiones financieras, y aunque suena futurista, los riesgos siguen tan presentes como siempre.
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De Bloomberg a ChatGPT: la revolución ya está acá
Jeremy Leung, un exanalista de UBS, lo tiene claro: cuando dejó el banco, también dejó atrás su terminal Bloomberg. Pero eso no lo detuvo. Ahora usa ChatGPT para buscar acciones, evaluar empresas y hasta simular análisis. ¿La contra? No tiene acceso a datos premium, lo que puede dejar fuera información crucial.
Y no está solo. Según una encuesta de eToro a más de 11.000 inversores minoristas, el 13% ya usa IA para tomar decisiones de inversión, y casi la mitad está considerando hacerlo. En Reino Unido, el 40% de los encuestados por Finder admitieron que se apoyan en chatbots para recibir consejos financieros.
Chatbots, carteras y un toque de precaución
El mercado de asesoramiento robótico está en pleno auge. Se espera que sus ingresos crezcan casi 600% en solo cuatro años, alcanzando los 470 mil millones de dólares para 2029. Pero ojo, ni siquiera ChatGPT recomienda confiar ciegamente en sus consejos.
Dan Moczulski, director general de eToro en el Reino Unido, advierte: “el problema no es la IA, sino cómo se usa”. Los modelos como ChatGPT pueden citar mal cifras, fechas o interpretar mal tendencias. Por eso recomienda herramientas entrenadas específicamente para analizar mercados.
¿Y si ChatGPT fuera un gestor estrella?
En marzo de 2023, Finder le pidió a ChatGPT que armara una cartera de acciones de calidad. Resultado: un rendimiento del 55%, superando a los 10 fondos más populares del Reino Unido. ¿Magia? No tanto.
La IA eligió pesos pesados como Nvidia, Amazon y Procter & Gamble. Pero también es cierto que el contexto de mercado fue muy favorable.
No es para cualquiera, pero tampoco es imposible
Leung asegura que la clave está en el contexto. Prompts como “simula ser un analista de riesgo” o “usa solo fuentes oficiales como la SEC” ayudan a afinar resultados. Pero aclara que, sin conocimientos financieros, el riesgo de cometer errores costosos es alto.
Además, no todos los inversores usan herramientas de gestión de riesgos, lo que complica la situación si el mercado se da vuelta. Y aunque el S&P 500 y el STOXX 600 van en alza, no hay garantía de que eso dure para siempre.
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Usar ChatGPT para invertir no es una locura, pero tampoco es una receta mágica. Puede ser útil, sí, pero necesita acompañamiento, criterio y sobre todo: conciencia de que incluso la mejor IA no reemplaza al sentido común ni a una buena asesoría profesional.
Porque en la bolsa, como en la vida, no todo lo que brilla es oro... y menos si lo recomendó un chatbot sin acceso a Bloomberg.