Bill Gates, el cofundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del planeta, acaba de dar una bofetada a la cultura de los millonarios coreanos al reafirmar en televisión que no dejará casi nada de su fortuna a sus hijos. Para él, “el dinero heredado no es productivo” y debe volver a la sociedad, desatando un debate que ha puesto en jaque la forma en que los ricos transfieren su poder.
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El ‘gurú’ que no quiere que sus hijos sean herederos
Gates apareció en dos programas de televisión coreana, “You Quiz on the Block” de tvN y “Newsroom” de JTBC, para hablar sobre filantropía, IA y la historia de Microsoft. Sin embargo, lo que realmente resonó en el público no fue la tecnología, sino su radical postura sobre la herencia. Gates, con una fortuna estimada en 130 mil millones de dólares, planea donar casi toda su riqueza a la Fundación Bill y Melinda Gates, dejando apenas un 0.02% a cada uno de sus tres hijos.

“No hay necesidad de transferir tanto dinero a la siguiente generación. Debería devolverse a la sociedad”, sentenció Gates en tvN. Una frase que es música para algunos y una provocación para otros.
El golpe a los ‘chaebols’: ¿Herencia o mérito?
Las palabras de Gates tuvieron un impacto explosivo en Corea del Sur, una sociedad construida sobre la base de los chaebols, esos gigantescos conglomerados familiares donde el control y la riqueza se pasan de padres a hijos sin importar el mérito. Dramas populares como “Reborn Rich” (2022) ya habían puesto el tema en la mesa, pero Gates lo elevó a otro nivel. El contraste entre su filosofía y la cultura coreana fue evidente.

Los internautas coreanos no tardaron en reaccionar. Algunos elogiaron la “noble idea” de Gates y lo vieron como un “gran ejemplo” para los ricos del mundo. Otros, en cambio, lo calificaron de “demasiado idealista” y “difícil de aplicar en Corea”, donde la herencia sigue siendo fundamental para mantener el control de las empresas familiares.

Un profesor de la Universidad de Seúl, Kim Min-joon, lo resumió: “La realidad cultural y económica de Corea es diferente. Aquí, la herencia se ve como una forma de mantener el control sobre las empresas y preservar el legado”.
El manual del filántropo: De la fortuna a la sociedad
La decisión de Gates, que dejará a cada uno de sus hijos alrededor de 20 millones de dólares (una miseria comparada con su riqueza total, pero aún una fortuna), es una declaración de principios.

Para él, el dinero no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para generar un impacto social masivo. Es un mensaje directo a la élite mundial: el verdadero legado no es lo que dejas a tus herederos, sino lo que devuelves al mundo.

