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El gobierno brasileño estaría ad portas de presentar una ley para regurlar las redes sociales

El presidente Lula aseguró que la propuesta ya está lista y que el Gobierno la enviará al Legislativo. ¿Funcionará?

Archivo - Adolescentes, adicción al teléfono, jóvenes, nuevas tecnologías, redes sociales. SEMG - Archivo (SEMG/Europa Press)

Brasil se prepara para un nuevo capítulo en la relación entre Estado y plataformas digitales. Lula da Silva confirmó que el Ejecutivo tiene terminada una propuesta para regular las redes sociales y que la remitirá al Congreso en breve.

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El texto, que según el presidente aterrizará en su escritorio para el visto bueno final, abre un debate que viene escalando en la región: cómo equilibrar libertad de expresión, seguridad, responsabilidad de las plataformas y protección de usuarios en línea.

Qué anunció Lula y cuándo se mueve la agenda

En entrevista con BandNews, Lula señaló que la propuesta estará lista para su firma y que el Gobierno procederá a enviarla al Legislativo. No dio aún el detalle fino del articulado, pero sí dejó claro que la pelota pasará al Congreso en cuestión de días.


El paso es relevante porque Brasil ya venía discutiendo iniciativas parciales y porque cualquier cambio de reglas impactará a gigantes globales con operaciones locales.

Por qué ahora: contexto político, social y tecnológico

La presión por reglas claras sobre contenidos nocivos, campañas de desinformación, discurso de odio y protección de menores se ha multiplicado tras episodios virales y temporadas electorales intensas.

Brasil no es ajeno a esa conversación y, como otras economías grandes, busca un marco propio que dé certezas a ciudadanos, medios y plataformas.

La novedad es el timing: el envío al Congreso formaliza el inicio del trámite político y abre la puerta a negociaciones con bloques partidarios, sociedad civil y el sector privado.

Qué podría abarcar (y qué no sabemos todavía)

Sin un texto público, es prudente evitar conclusiones cerradas.

Aun así, por la experiencia comparada, es razonable esperar ejes como transparencia algorítmica, procedimientos de moderación, reportes de cumplimiento, vías de apelación para usuarios, reglas sobre publicidad política y coordinación con autoridades frente a riesgos sistémicos.

El diablo estará en los detalles: definiciones legales, umbrales de tamaño para obligaciones, tiempos de respuesta y sanciones. Ese fino es lo que el Congreso tendrá que pulir en comisiones.

Un telón de fondo tenso con Estados Unidos

El anuncio llega justo cuando el presidente de EE. UU., Donald Trump, impuso aranceles del 50% a productos brasileños, atando la medida a supuestas “prácticas comerciales desleales” y a una “caza de brujas” contra Jair Bolsonaro.

Lula bajó el tono y dijo que espera poder conversar “de forma civilizada” con Trump como jefes de Estado. La fricción comercial añade ruido a cualquier normativa que toque el ecosistema digital, donde operan compañías estadounidenses con fuerte peso en Brasil.

Diplomacia en paralelo: COP30 y UE–Mercosur

Lula contó que envió una invitación formal a Trump para la COP30, que Brasil organizará a finales de este año, y que planea llamar a los líderes de Francia, Alemania y la Unión Europea para acelerar el acuerdo UE–Mercosur.

Es decir, mientras el debate interno por redes sociales despega, el Planalto mueve fichas internacionales en clima y comercio, dos áreas donde la conversación digital también pesa (de la lucha contra desinformación climática a estándares de datos y contenidos entre bloques).

Qué viene ahora para la ley de redes sociales

El envío al Congreso dispara el cronómetro político. Lo habitual: lectura inicial, giro a comisiones, audiencias y un texto que muta a fuerza de enmiendas.

Las plataformas buscarán defender modelos de negocio y procedimientos; organizaciones de derechos digitales, periodistas y academia presionarán por salvaguardas a la libertad de expresión y límites claros al poder estatal; las bancadas medirán costos y beneficios de cara al calendario electoral.

El resultado final dependerá del equilibrio entre responsabilidad y garantías, y de cuánto músculo ponga el Ejecutivo para lograr consensos.

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Brasil se suma a la lista de países que quieren pasar de los tuits al boletín oficial en materia de redes sociales. La propuesta de Lula abre una discusión impostergable: dar reglas claras al espacio público digital sin asfixiarlo.

Lo que salga del Congreso marcará la cancha para plataformas, medios, creadores y usuarios en los próximos años.

       

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