Ser zurdo en un mundo pensado para diestros puede ser frustrante. No porque falten ganas, sino porque casi todo —sí, incluso el mouse del computador— viene configurado para la mano derecha. Pero hay buenas noticias: con un par de clics, puedes personalizar tu mouse y hacerlo tan cómodo como debería haber sido desde el principio.
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Un poco de historia geek para arrancar
Aunque parezca una herramienta moderna, el mouse fue inventado en los años 60 por Douglas Engelbart y Bill English. Lo desarrollaron en el Stanford Research Institute, en el corazón de Silicon Valley. Años después, Xerox lo refinó en sus laboratorios PARC y así nació lo que hoy usamos para todo: trabajar, estudiar, jugar y hasta procrastinar con estilo.
Con el tiempo, el mouse fue incorporando más funciones —rueditas, sensores, hasta superficies táctiles— pero algo no cambió: sigue viniendo “diestro” de fábrica.
¿Y los zurdos? Bueno… nos acostumbramos, pero no deberíamos
La mayoría de los mouse están prediseñados para que el clic principal sea el izquierdo, perfecto para los diestros. Pero si eres zurdo, eso significa forzar movimientos incómodos o, directamente, usar la mano que no es la tuya. No parece gran cosa... hasta que pasas horas frente al computador.
Por suerte, no necesitas comprar un mouse especial ni instalar programas raros. Solo hay que decirle a Windows que tú mandas.
Opción 1: Configura tu mouse desde los ajustes de Windows
- Haz clic en el menú Inicio y abre Configuración.
- Entra en Bluetooth y dispositivos.
- Haz clic en Mouse.
- En la opción “Botón principal del mouse”, selecciona Derecho.
¡Listo! Ahora el clic principal estará del lado izquierdo... perfecto para tu mano zurda.
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Opción 2: Desde el clásico Panel de control
- Abre el Panel de control (puedes buscarlo desde el menú Inicio).
- Cambia la vista a “Iconos pequeños”.
- Haz clic en Mouse.
- En la pestaña “Botones”, marca la casilla que dice “Intercambiar botones primario y secundario”.
- Presiona Aceptar. ¡Y listo!
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El mouse también puede ser zurdo
No hay razón para que una herramienta tan cotidiana se sienta incómoda. Si eres zurdo, haz este ajuste y tu mano (y tu paciencia) te lo van a agradecer.
