Atención fans de los plot twists: Microsoft acaba de ser arrastrado a un nuevo capítulo judicial, y esta vez el villano no es un virus informático… es Megatron. No, no el de Transformers (aunque el nombre confunde bastante), sino una IA que, según una demanda recién presentada, habría sido alimentada con cientos de miles de libros pirateados.
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“¡Oye, ese párrafo es mío!”
Un grupo de autores —incluidos Kai Bird, Jia Tolentino y Daniel Okrent— llevó a Microsoft ante un tribunal federal en Nueva York. ¿Por qué? Alegan que la compañía usó copias no autorizadas de sus libros para entrenar a su modelo de IA sin pedir permiso ni pagar regalías.
Según los demandantes, el modelo fue alimentado con una colección de casi 200,000 libros pirateados, que sirvieron de merienda literaria para Megatron.
El resultado: una IA que ahora puede generar textos que imitan el estilo, el ritmo y hasta los temas de las obras originales. Básicamente, una “fotocopiadora digital con esteroides”.
Las Big Tech dicen: “es uso justo”
Microsoft (que hasta ahora no ha respondido a la demanda) podría usar la defensa clásica del “uso justo”, el argumento preferido de muchas tecnológicas: “Estamos creando contenido nuevo, no copiando, señoría”. Pero los autores no lo compran.
Quieren frenar el uso de su trabajo y piden hasta 150.000 dólares por cada libro presuntamente usado sin permiso.
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¿Y qué hay del resto?
Este caso se suma a una ola de demandas contra gigantes como Meta, OpenAI y Anthropic. De hecho, un juez de California ya dictaminó que Anthropic sí puede usar obras con copyright para entrenar IA, aunque eso no los libera de la responsabilidad por pirateo.
En resumen: la batalla legal por el alma (y los ingresos) del conocimiento humano está en marcha.

