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¿Por qué los videojuegos japoneses dominan el mundo? Ex ejecutivo de PlayStation nos da la respuesta

Los títulos nipones han marcado a generaciones.

Chrono Trigger (1995) Foto: suministrada. Imagen Por:

La industria del videojuego ha tenido altibajos, modas pasajeras y revoluciones tecnológicas, pero hay algo que parece resistir el paso del tiempo: el dominio creativo de Japón.

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Desde los 8 bits hasta las consolas de última generación, los títulos japoneses han marcado a generaciones de jugadores en todo el mundo. Y según Shuhei Yoshida, exjefe de PlayStation Studios, esto no es casualidad, sino una decisión estratégica basada en autenticidad cultural.

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Una fórmula que no se copia: hacer juegos “que solo Japón puede crear”

En una entrevista reciente con PlayStation Inside, Yoshida fue claro: el éxito de los videojuegos japoneses reside en hacer lo que nadie más puede hacer. Para él, los títulos que verdaderamente destacan son aquellos que se sienten profundamente japoneses en su estética, narrativa y diseño.

No se trata de buscar la universalidad, sino de crear desde un lugar auténtico, con una comprensión profunda del contexto local. Y lejos de alejar al público global, esa autenticidad es justamente lo que conecta.

La era de la PS3: cuando Japón perdió (momentáneamente) el rumbo

Pero no siempre fue así. Yoshida recordó que, durante la generación de PlayStation 3, muchos desarrolladores japoneses intentaron seguir las tendencias occidentales, adaptándose a mecánicas, estilos visuales y fórmulas “globales”. ¿El resultado? Juegos que perdieron personalidad, y estudios que se alejaron de su esencia creativa.

Fue una etapa de confusión, donde la búsqueda de aceptación global diluyó lo que hacía únicos a estos juegos. Pero, como ocurre a veces, esa crisis fue el punto de inflexión necesario para una redención posterior.

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NieR: Automata como símbolo de renacimiento

El título que marcó esa recuperación fue NieR: Automata. Dirigido por Yoko Taro, fue una apuesta arriesgada que abrazó lo japonés sin miedo: narrativa filosófica, emociones intensas, estética peculiar y diseño poco convencional.

Lejos de alienar a los jugadores internacionales, el juego se convirtió en un fenómeno mundial. Fue la prueba de que los videojuegos profundamente enraizados en su cultura podían no solo sobrevivir, sino liderar en el mercado global.

De FromSoftware a Nintendo: la lección quedó clara

Desde aquel punto, estudios como FromSoftware, Atlus, Capcom y Nintendo han demostrado que ser fiel a la identidad propia no es solo una elección artística, sino también una estrategia comercial exitosa.

Juegos como Elden Ring, Persona 5, Resident Evil Village y hasta las últimas entregas de Zelda funcionan porque no imitan, sino que reinterpretan desde su ADN cultural. Para Yoshida, en una industria saturada de productos que parecen hechos con la misma plantilla, lo único que realmente destaca es lo auténtico.

La autenticidad cultural como arma secreta

“El camino correcto es enriquecer la industria con culturas únicas”, sentenció Yoshida, subrayando que copiar fórmulas ajenas no lleva al éxito. En un mercado global donde muchos títulos lucen similares, los juegos con identidad propia son los que logran emocionar, diferenciarse y quedarse en la memoria.

Y Japón, con su imaginario cultural, su forma particular de contar historias y su atención al detalle, sigue demostrando que no necesita imitar a nadie para dominar la escena mundial.

Admiración mutua: cuando Oriente y Occidente se respetan

Este espíritu de autenticidad y colaboración también se refleja en la admiración entre creadores. Hace poco, Guillaume Broche (Clair Obscur: Expedition 33) y Kazutaka Kodaka (Danganronpa) intercambiaron elogios públicos, generando entusiasmo entre fans del RPG narrativo.

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Ese tipo de reconocimiento entre desarrolladores muestra una industria más conectada, pero también una verdad clave: lo más valioso sigue siendo la visión original de quien crea.

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