De la nada (o bueno, de los bolsillos de Amazon y Jeff Bezos), una nueva empresa de vehículos eléctricos acaba de entrar en escena, lista para sacudir el mercado. Slate Auto presentó una camioneta eléctrica que no necesita ser gigantesca, ni futurista, ni carísima para llamar la atención.
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¿La fórmula secreta? Simplicidad, funcionalidad y un precio que no asusta.
Mientras el Cybertruck de Tesla sigue dividiendo opiniones con su estilo de tanque espacial y su precio elevado, Slate propone algo radicalmente distinto: una camioneta práctica, compacta y asequible, pensada para quienes realmente usan su vehículo como una herramienta de trabajo... y no como accesorio de Instagram.
Tamaño retro, estilo funcional y precio amigo
La camioneta de Slate es una bocanada de aire fresco: del tamaño de esas míticas pick-ups Toyota y Nissan de los años 80, tiene paneles compuestos listos para envolver —sí, venderán kits de stickers personalizados desde $500— y nada de decoraciones innecesarias. Cero cromo, cero exageraciones.
¿Lo mejor? El precio base apunta a unos $27,000 USD, y con incentivos fiscales, podrías terminar pagando alrededor de $20,000. Una ganga en comparación con lo que solemos ver hoy en día en el mercado eléctrico.
Pensada para el trabajo (y para quienes odian las pantallas gigantes)
La Slate es una camioneta de dos plazas con una cama de carga de 1,047 litros. Pero si quieres convertirla en un SUV de cinco asientos, puedes hacerlo con un kit adicional. Todo modular, todo a tu medida.
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En cuanto a rendimiento, trae un motor trasero que entrega 201 caballos de fuerza, un torque decente, y acelera de 0 a 100 km/h en unos ocho segundos. Nada para romper récords, pero más que suficiente para el día a día. Ah, y su velocidad máxima es de 144 km/h: no esperes carreras, pero tampoco las necesitas.
También hay un “frunk” delantero (sí, baúl frontal) espacioso, y el interior apuesta por lo sencillo: soporte para tu teléfono o tablet, parlantes opcionales y lo justo para que puedas enfocarte en lo importante: conducir.
¿Qué la hace tan especial?
Mientras Tesla apostó por el exceso, Slate eligió lo práctico:
- Cero pantallas gigantes innecesarias.
- Un diseño simple y robusto.
- Una batería decente (con opciones de 52.7 kWh o 84.3 kWh) y carga rápida del 10% al 80% en solo 30 minutos.
- Control de crucero básico, cierre centralizado y puerto USB incluidos, porque sabemos que no puedes vivir sin tu smartphone.
¿Capacidad de remolque monstruosa? No. ¿Interior de lujo? Tampoco. Pero en su simpleza, Slate apunta directo al corazón (y al bolsillo) de quienes necesitan una camioneta que trabaje tanto como ellos.
¿Una receta para el éxito?
Aunque la compañía es nueva y todavía falta ver sus primeros modelos en la calle (la producción arranca el próximo año en Michigan), todo apunta a que Slate entendió algo que muchos olvidaron: a veces, menos es más.
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Una pick-up pequeña, accesible, confiable y adaptable podría ser justo lo que el mercado necesita, especialmente ahora que parece que todos quieren venderte un camión eléctrico del tamaño de un portaaviones.
¿Será la Slate la anti-Cybertruck definitiva? No sé tú, pero yo ya quiero verla rodar.