La tarde del viernes 7 de marzo se vivieron horas de incertidumbre, en una de las estaciones de trenes más grandes de Francia y toda Europa. Trabajadores que realizaban labores en las vías encontraron una bomba de la Segunda Guerra Mundial sin detonar, que pudo haber puesto en peligro de miles de personas.
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Afortunadamente, las autoridades tomaron las previsiones a tiempo y suspendieron todos los servicios del mismo viernes, dejando varados a miles de pasajeros, ya que se cancelaron los viajes entre París, Londres, Ámsterdam y Bruselas, además de las líneas nacionales dentro de Francia, informaron las agencias internacionales.
El cierre de la estación generó un caos considerable en el transporte, con retrasos y cancelaciones que obligaron a los viajeros a buscar rutas alternativas. Aunque se habilitaron algunas soluciones, como el uso de la estación de Lyon para ciertos trayectos, la interrupción del servicio provocó largas esperas y descontento entre los usuarios.
El proyectil, además de ser de más de un metro de largo y tiene alrededor de 300 kilogramos.
¿Cómo hicieron para desactivarla?
Las autoridades de la Unión Europea actuaron de inmediato y acudieron a equipos de desactivación de explosivos, que fueron desplegados en el lugar.
El proceso de desactivación de la bomba se realizó con éxito y el tráfico ferroviario comenzó a reanudarse progresivamente a partir de las 18:00 horas locales. No obstante, las autoridades advirtieron que la normalización completa del servicio tomaría algunas horas más.
Han transcurrido casi 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial. El legado, aparte de permanecer en los diferentes registros históricos, sigue estando vivo en hallazgos de objetos bélicos como el caso de esta enorme bomba.