Sabes cómo es la historia: ahorras durante meses, compras esemonitor gamer ultra pro con 240 Hz, HDR impresionante y una relación de contraste que parece sacada de otro planeta… solo para descubrir que se ve peor que la pantalla de un microondas.
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Colores apagados, imágenes que se ven raras, fragmentación de pantalla, deslumbramientos inesperados… Si esto te suena familiar, el problema no es tu PC ni tus ojos, sino las especificaciones engañosas que algunos fabricantes usan para venderte monitores “premium” que no lo son tanto.
Así que si tu monitor prometía una experiencia épica y terminó siendo una decepción, aquí te explicamos por qué y cómo evitar caer en la trampa en el futuro.
1. HDR falso: la gran estafa luminosa
Si ves términos como “Quantum HDR” o “Nebula HDR” en la caja de un monitor, prepárate para una sorpresa: muchas veces son solo nombres llamativos sin respaldo real.
El verdadero estándar de HDR es la certificación VESA HDR. Un monitor DisplayHDR 1000 certificado, por ejemplo, realmente alcanza 1000 nits de brillo máximo. Pero muchos fabricantes anuncian HDR “falso” que no cumple con estos niveles, haciendo que el contraste y los colores no sean tan vibrantes como esperabas.
Y lo peor: incluso los monitores con certificación HDR pueden tener diferencias enormes. Algunos alcanzan 1000 nits en toda la pantalla, mientras que otros solo lo logran en una minúscula parte de la imagen durante unos segundos.
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Así que, si quieres HDR real, verifica las zonas de atenuación local y no te fíes solo del número de nits en la caja.
2. El engaño del brillo máximo
Los fabricantes adoran poner números enormes en sus fichas técnicas, pero la realidad suele ser otra.
Un monitor que dice “1000 nits de brillo” no siempre mantiene esa intensidad en toda la pantalla. Algunos solo alcanzan ese brillo en pequeños puntos por un corto tiempo, lo que significa que la imagen en general puede seguir viéndose oscura o sin vida.
Si quieres evitar sorpresas desagradables, busca monitores con múltiples zonas de atenuación local y una buena relación de contraste. Un brillo impresionante sin un buen control de iluminación solo termina creando imágenes desbalanceadas y sin profundidad.
3. DisplayPort 1.4… ¿o no?
Aquí va otro clásico: los fabricantes que anuncian DisplayPort 1.4, pero que en realidad te están vendiendo DisplayPort 1.2 con esteroides.
Un caso famoso fue el Acer XV272U P, que supuestamente tenía HDR a 1440p, 120 Hz y 10 bits, pero solo con el ancho de banda de DisplayPort 1.2. En resumen: te vendían un “1.4” que no era realmente un 1.4.
La versión auténtica de DisplayPort 1.4 permite hasta 200 Hz en 1440p y 10 bits de color, así que si vas a pagar por un monitor de gama alta, asegúrate de que realmente cumple lo que promete.
4. La trampa de la relación de contraste
Este es un clásico entre los fabricantes: anuncian “contrastes de 1,000,000:1” y la realidad es mucho menos impresionante.
Un ejemplo brutal fue el Samsung Odyssey Neo G8 (2022), que decía tener 1,000,000:1 de contraste, pero en las pruebas solo alcanzaba 15,000:1. ¡Una diferencia gigantesca!
Moral de la historia: no te fíes de los números en la caja. Busca reseñas de expertos con pruebas reales y no te dejes engañar por cifras infladas.
5. El tiempo de respuesta: GtG vs MPRT
Si juegas shooters o cualquier juego competitivo, sabes que el tiempo de respuesta de tu monitor es clave para evitar imágenes borrosas o superpuestas.
El problema es que los fabricantes casi siempre te muestran el tiempo de respuesta GtG (Gray to Gray), que mide cuánto tarda un píxel en cambiar de un tono de gris a otro. El detalle es que esto no te dice nada sobre el desenfoque de movimiento real.
Para saber la verdad, necesitas fijarte en el MPRT (Tiempo de respuesta de imagen en movimiento), que mide cuánto tiempo un píxel permanece visible en la pantalla.
Si solo ves GtG en la ficha técnica y no mencionan MPRT, sospecha. Como referencia, un buen monitor gamer debería tener un MPRT de 2 ms o menos para evitar imágenes borrosas en juegos rápidos.
Conclusión: ¿cómo evitar comprar un mal monitor gamer?
Si después de leer esto te diste cuenta de que nunca revisaste nada de esto al comprar tu monitor, tranquilo, nos ha pasado a todos.
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La clave para evitar caer en la trampa del marketing es investigar bien antes de comprar:
- No te fíes solo de las especificaciones en la caja.
- Lee reseñas de expertos y revisa pruebas reales.
- Verifica el HDR, la relación de contraste y el tiempo de respuesta real.
- No caigas en trucos de nombres llamativos como “Quantum HDR” o “Nebula HDR”.
Los monitores gamer pueden ser una inversión importante, así que no dejes que te vendan humo. Si quieres la mejor experiencia de juego, elige con cuidado y que no te engañen con números inflados.