La inteligencia artificial (IA) se ha posicionado como una de las tecnologías más transformadoras de nuestro tiempo, con Sam Altman, CEO de OpenAI, emergiendo como uno de sus principales defensores; sin embargo, no todos alaban a Altman.
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Recientemente, Gary Marcus, fundador de Geometric Intelligence, ha levantado serias acusaciones contra Altman, sugiriendo que el camino hacia la IA que él impulsa está lleno de engaños y manipulaciones.
¿Cuál es el trasfondo de la historia?
En mayo de 2023, Sam Altman y Gary Marcus testificaron ante una comisión del Senado estadounidense para discutir acerca del impacto y la regulación de la IA. En ese momento, ambos se mostraron unidos en su llamado a una legislación robusta que garantizara el desarrollo seguro y beneficioso de esta tecnologia.
No obstante, según Marcus, lo que parecía ser una alianza genuina pronto se desmoronó. En una columna publicada en The Guardian, Marcus expresó su desilusión con Altman, acusándolo de engañar tanto al Senado como al público estadounidense.
“Poco a poco, me di cuenta de que probablemente habíamos sido engañados”, escribió Marcus, quien inicialmente había visto en Altman a un aliado en la causa de la regulación de la IA.
Y es que una de las principales preocupaciones de Marcus es la aparente falta de transparencia en las relaciones financieras de Altman con OpenAI.
¿Es mentira que OpenAI tiene un compromiso con la seguridad?
Otra de las críticas de Marcus se centra en el compromiso de Altman con la seguridad de la IA. Sostiene que, aunque OpenAI ha manifestado su apoyo a la regulación, la realidad es mucho más compleja.
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Por otro lado, Marcus señala que OpenAI ha pedido a sus empleados que firmen acuerdos de confidencialidad especialmente restrictivos y, como si fuera poco, algunos antiguos trabajadores han acusado a Altman de mentirle a su Junta Directiva, lo que plantea serias dudas sobre la cultura interna de la empresa y su verdadera transparencia.
¿Avanza IA por el camino equivocado?
Marcus sostiene que la IA generativa, representada por tecnologías como ChatGPT, tiene el potencial de transformar múltiples sectores, desde la atención médica hasta la educación y el entretenimiento. Ahora bien, asegura que su desarrollo y despliegue deben estar acompañados de una regulación adecuada que garantice su uso seguro y beneficioso.
Y mientras Altman sigue defendiendo públicamente la regulación y el desarrollo ético de la IA, las dudas planteadas por Marcus sugieren que hay mucho más en juego de lo que parece a simple vista.
Según los analistas, sus declaracionesno solo arrojan luz sobre las posibles incongruencias en las acciones de Altman, sino que plantean preguntas fundamentales sobre la gobernanza de la IA:
- ¿Estamos en el camino correcto para garantizar que la inteligencia artificial beneficie a toda la humanidad?
- ¿Podemos confiar en los líderes tecnológicos para guiar este desarrollo de manera ética y responsable?
