Desde hace algún tiempo Telegram, la app de mensajería que compite con WhatsApp, se encuentra en el centro de una polémica legal en España tras una decisión judicial que podría bloquear su operación en el país. Y es que el pasado 22 de marzo el juez Santiago Pedraz de la Audiencia Nacional dictó la suspensión cautelar de la plataforma debido a una denuncia interpuesta por importantes grupos españoles como Mediaset, Atresmedia y Movistar Plus. ¿La razón? Acusan a Telegram de facilitar la distribución ilegal de contenidos protegidos por derechos de autor.
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Claro que acatar no parece ser el fuerte de Telegram. Si bien se le pidió la suspensión de su servicio casi de forma inmediata, diferentes medios locales indican que pasados los días aún es posible acceder a la app. El miedo, claro, está en que de pronto ya no puedan ingresar. ¿Pasará lo mismo con Telegram en otros países? Pues aquí lo analizamos.
Ordenan cierre de Telegram en España
Tal como mencionábamos, a pesar de la orden judicial, Telegram sigue funcionando en España, desafiando la resolución que le daba tres horas a las operadoras de telecomunicaciones para proceder con el bloqueo.
La medida cautelar se basa en la ley de Enjuiciamiento Criminal del país hispano, específicamente en el artículo 13.2, que “permite la retirada o bloqueo provisional de contenidos ilícitos o servicios que los ofrezcan, especialmente si estos se encuentran fuera del territorio nacional”, como es el caso de Telegram, cuya sede está en las Islas Vírgenes.
La decisión fue calificada de “desproporcionada” por organizaciones como FACUA, argumentando que podría afectar negativamente a millones de usuarios y diversas organizaciones que usan la plataforma para difundir sus contenidos de forma legal.
Asimismo, la resistencia de Telegram a acatar la orden, sumada a la posibilidad de eludir el bloqueo mediante el uso de VPNs o la función de proxy de la propia app, plantea más dudas que respuestas sobre la efectividad y duración de la medida.
¿Qué pasará con los otros países?
Aunque parezca curioso, esta no es la primera vez que Telegram enfrenta bloqueos en diferentes países. Claro que no por las mismas razones.
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En lugares como China, Cuba, Irán, Pakistán y Tailandia, el acceso a Telegram se restringió para evitar la difusión de críticas hacia los gobiernos o durante periodos de protestas antigubernamentales.
En otros países como Brasil, Telegram fue bloqueada temporalmente por motivos judiciales, aunque tales suspensiones se revirtieron posteriormente, lo que podría sugerir un precedente para el caso español.
La experiencia internacional muestra que, aunque algunos países han logrado imponer bloqueos temporales o parciales a Telegram, muchos usuarios continúan accediendo a la aplicación mediante VPNs, sin importar las posibles repercusiones legales.
Con todo, la situación actual de Telegram en España es un ejemplo más sobre la complejidad de regular plataformas digitales y derechos de autor. Si bien es difícil que una situación similar ocurra en Latinoamérica en el corto plazo, lo cierto es que este podría ser un precedente para que otras naciones opten por lo propio.
