Las lógicas de lo que nos ha impuesto la sociedad nos indica que, a mayor cantidad de dinero, mayores lujos deberíamos tener. Y aunque en muchos casos eso ocurra, Warren Buffett es uno de los ejemplos de que su forma de vida desafía cualquier modo de vida “convencional”.
El sitio Ámbito reseña que el multimillonario sigue viviendo en la misma casa que compró en 1958, hace casi 66 años. Le costó 31.000 dólares y después de las mejoras que le hizo logró revalorizarla en 250.000 dólares. “Es la mejor inversión que he hecho”, dijo hace años el dueño de Berkshire Hathaway.
Warren Buffett se hizo millonario a punta de inversiones, hasta situarse entre las personas con más dinero en todo el mundo. Al mundo entero le llama la atención que siga viviendo en su casa de Nebraska, cuando tiene la posibilidad de mudarse a cualquier sitio exclusivo de Hollywood, Nueva York o cualquier metrópolis del mundo.
Pero la realidad es que el megamillonario es conocido por su estilo de vida frugal y su falta de interés por el lujo. La casa en la que vive es una mansión modesta de 5 dormitorios y 2,5 baños en un vecindario residencial de Omaha, Nebraska.
“Aquí soy feliz. Me mudaría si pensara que sería más feliz en algún otro sitio”, dijo en una entrevista hace años.
Asimismo, Buffett destaca en el mundo corporativo por ser un inversor muy exitoso y cree en invertir su dinero en negocios sólidos. Es decir, que no quiere gastar sus dividendos en una casa más grande o lujosa.
Sus ganancias van directamente a empresas que cree que crecerán en el futuro.
Buffett es un ejemplo de que no es necesario tener una casa grande o lujosa para ser feliz. Con una vida sencilla y un enfoque en los valores, es posible vivir una vida plena y satisfactoria.
