Los expertos en tecnología repiten a diario que no hay nada que temer de la inteligencia artificial, pues ser trata de una herramienta que llega para facilitarle la vida cotidiana al ser humano. Cuestiones como que nos sustituirán en los puestos de trabajo parecen miedos infundados por la novedad de lo desconocido.
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Cosas como que se volverán en nuestra contra y someterán a la humanidad, también luce como frase de loco con sombrero de aluminio en la cabeza.
¿Realmente es una locura pensar en eso? De entrada todo parece indicar que sí. Pero al ver el accionar y las declaraciones de Sam Altman, padre creador del ChatrGPT y CEO de la empresa que lo maneja, Open AI, te hace pensar en que hay que prestar mucha atención en la inteligencia artificial.
Sam Altman tiene dos planes listos para ejecutar, en caso de que aparezca el juicio final liderado por la inteligencia artificial al mejor estilo de Ultron en la segunda película de los Avengers.
Los planes de Sam Altman por el apocalipsis
- El primero de los planes de Sam Altman es una mochila, que hace las veces de maletín nuclear que acompaña al presidente de los Estados Unidos a todos lados. Este bolso que acompaña al creador del ChatGPT lleva una computadora Macbook Pro con la que puede apagar con un solo clic la inteligencia artificial, en caso de que se descontrole.
- El otro plan es un búnker en una de las zonas menos pobladas de California. Dentro de este establecimiento, Sam Altman tiene armas, oro, yoduro de potasio, antibióticos, baterías, agua, máscaras antigás del ejército israelí y una avioneta lista para volar en segundos hacia esta locación. La Vanguardia reseña que el CEO de Open AI tiene hasta pastillas en contra de la radiación, en caso de que la amenaza sea un meteorito que afecte la atmósfera de la Tierra.
- Sam Altman pagó 10 mil dólares para ingresar a una lista de espera que le permite digitalizar su mente en el futuro, permitiéndole que después pueda ser incorporado a una máquina y así vivir para siempre. Lo peor es que para lograrlo se tendría que someter a una operación en la que perdería la vida. Entonces es como pagar para morir y al mismo tiempo vivir eternamente.