La corrupción es uno de los problemas que sofoca a la mayoría de los países en el mundo, y es uno de los duros y más grandes retos que tiene los gobernantes para combatir. Sin embargo, la inteligencia artificial, que ha generado un enorme debate a nivel mundial, resurge como una herramienta para ayudar a combatir estos oscuros escenarios, ¿cómo es posible esto?
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Es en Canadá, donde se ha producido un contexto donde los índices de corrupción han disminuido, se ha hecho uso de la IA, como nueva tecnología, en conjunto con Responsabilidad Social Empresarial, para lograr forjar un camino hacia la transparencia; así se puede hablar de un modelo que puede ser tomado como ejemplo.
El país norteamericano destacó al aparecer entre los diez primeros países en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional.
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La inteligencia artificial en la lucha contra la corrupción
Pese a ser uno de los países que pone el ejemplo para combatir los escenarios de corrupción, los índices de corrupción en Canada han tenido un aumento, por lo que ha bajado del ranking en el que se encontraba.
Es aquí donde entra el uso de la inteligencia artificial para combatir los actos delictivos. La IA ha demostrado ser una herramienta valiosa en la detección y prevención de actividades corruptas.
Un ejemplo de esto es el uso de algoritmos de IA que detectaron miles de transacciones y negocios fraudulentos en un período de tiempo notablemente más corto que los métodos tradicionales.
Sin embargo, junto con sus beneficios, la IA también plantea preocupaciones éticas, como violaciones de la privacidad y la posibilidad de sesgos en los datos utilizados para entrenar a los algoritmos.
Esto la convierte en una herramienta con un potencial revolucionario. Si se aplican con cuidado y se abordan los problemas éticos y técnicos, las capacidades de la IA para la detección temprana y la prevención podrían marcar un hito importante en la búsqueda de una sociedad más transparente y justa.