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Steve Jobs y la razón por la que se tardó ochos años en elegir un sofá, motivo de burlas

Tanto dinero y tanto tiempo para elegir un sofá.

Steve Jobs

Desde elegir un sofá hasta diseñar la placa del primer Mac, Steve Jobs demostró que para él cada decisión era crucial, porque creía que hablaban de ti y formaban parte de un todo. Su obsesión por los detalles alcanzó niveles extraordinarios, convirtiendo el perfeccionismo en una característica reconocida de su personalidad.

Como recuerda un informe de Applesfera, para Jobs, incluso la elección del tono de gris de los letreros de los baños en las tiendas minoristas de Apple era una tarea que requería tiempo y atención minuciosa. Mientras que para la mayoría de los directores esta decisión tomaría apenas unos minutos, a Jobs le llevó más de treinta minutos, según revela el biógrafo Walter Isaacson.

La periodista Kara Swisher observó que, en muchas de las entrevistas con Steve Jobs, él siempre aparecía de pie o apoyado en mesas. Esta peculiaridad no era un capricho, sino una consecuencia de la realidad en su hogar: no tenían ni un solo sofá, algo que lo afectó como adulto a la hora de elegir uno para su casa.

Los problemas de Jobs para elegir un sofá

Laurene Powell, la viuda de Jobs, recuerda la batalla que vivieron durante años para elegir un sofá o sillas: “La gente se burlaba de nosotros porque en nuestra casa no podíamos ponernos de acuerdo en elegir un sofá o sillas. Durante muchos, muchos años no tuvimos ninguno de los dos, principalmente porque había muchos detalles en los que teníamos que estar de acuerdo. Y finalmente lo hicimos, pero creo que tomó unos ocho años”.

Estas obsesiones por los detalles se manifestaban en anécdotas notables, como la ocasión en la que, en medio de una entrevista de trabajo, Jobs mencionó que “el piano de la sala necesita ser recolocado”.

Treinta años después de aquella anécdota, Steve Jobs repetiría su enfoque perfeccionista mientras desarrollaba la placa del primer Mac. Le dijo al ingeniero encargado: “Quiero que sea lo más hermoso posible, incluso si está dentro de la caja”. El diseñador respondió que lo único importante era que funcionara, ya que nadie miraría la placa de un PC.

Jobs, recordando las enseñanzas de su padre adoptivo, sentenció: “Un gran carpintero no usará una madera pésima para la parte posterior de un gabinete, aunque nadie la vea”.

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