Siempre se ha hablado de las redes sociales como generadoras de la depresión y otros problemas de salud mental, pero pocas veces se apuntó directamente a YouTube. Investigadores australianos señalan a la plataforma de videos como impulsora de la soledad y la ansiedad, debido a las llamadas “relaciones parasociales”.
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Luke Balcombe y Diego De Leo, del Instituto Australiano para la Investigación y Prevención del Suicidio y la Escuela de Psicología Aplicada de la Universidad Griffith, determinaron que los usuarios menores de 29 años que visitan asiduamente el portal sufren del impacto negativo de sus videos.
El estudio se publicó en la revista Informatics, bajo el título El impacto de YouTube en la soledad y la salud mental.
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Pese a comenzar con las mejores intenciones, las relaciones entre los usuarios y los creadores de contenido en YouTube perjudican a los primeros.
Los investigadores indican que, mientras mayor es la “interacción” con el video, fomentando un estilo de vida de quedarse en casa como durante la pandemia, se disminuyen las interacciones reales cara a cara.
“La desconexión resultante del aumento en el uso de las redes sociales influye en la falta de relaciones humanas profundas y conexiones sociales, especialmente en los jóvenes”, resaltan Balcombe y De Leo.
YouTube como autoridad, una pésima decisión
Otra arista del estudio es que los usuarios de la plataforma prefieren recibir información por parte de los creadores de contenido que de expertos. Confían “profundamente” en los videos para obtener apoyo en los problemas de salud mental.
Existe una propuesta principal: la creación de algoritmos independientes de YouTube destinados a detectar sesgos y errores de recomendación, así como intervenciones moderadas mediante la recomendación de contenido de salud mental seguro y apropiado.
“Por supuesto, hay aspectos positivos en YouTube”, afirma Nadeem Sarwar, de SlashGear, “pero dejar que se haga cargo como una autoridad (en la emisión de información confiable) no es la mejor manera de avanzar”.