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Semana Santa: Las 5 reliquias más buscadas de Jesús en la historia

Mezcla de realidad con misticismo.

El rostro de Jesús
El rostro de Jesús en la iconografía cristiana

Jesús de Nazareth dividió la historia en dos, literalmente. La línea cronológica en buena parte del mundo se mide antes y después de Cristo. Y sin embargo, sobre su vida hay mucho de misterio aún, más allá de lo que digan los Evangelios y lo que veamos en las películas y series de Semana Santa.

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Entre los historiadores hay una premisa: uno fue Jesús, otro fue Cristo. Jesús es el personaje real, el ser humano, el hijo de María y José crucificado bajo la ley romana. Cristo es el ungido, el llamado Hijo de Dios, hacedor de milagros y resucitado al tercer día.

Jesús de Nazareth de Franco Zeffirelli Robert Powell protagoniza la película

Jesús se convirtió en Cristo. O lo convirtieron sus seguidores.

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A lo largo del tiempo, prácticamente desde que el cristianismo se forjó como religión, las reliquias de Jesús se convirtieron en una obsesión para los poderosos. Tener algo cercano al Maestro significaría contar con un poder sin límites, no de rayos y vientos, ni de elementos milagrosos, sino del dominio sobre los fieles del personaje. La fe.

Así, hacemos una recopilación de las 5 reliquias más buscadas relacionadas con Jesús.

El Santo Grial

Es la copa usada por Jesús en la Última Cena, cuya conmemoración durante la Semana Santa corresponde al Jueves Santo. Posiblemente sea la reliquia más buscada de todas, siendo parte importante de las historias del Rey Arturo y otros personajes de la Europa medieval.

El Santo Grial
El Santo Grial uno de ellos, ubicado en Valencia, España

Según un relato del siglo XII, Jesús resucitado se aparece a José de Arimatea para entregarle el Grial y ordenarle que lo lleve a Britania. Con la copa no solo se realizó la Última Cena, sino también que se recogieron la sangre y el agua emanadas de la herida abierta por la lanza de Longinos.

En la actualidad existen copas que han sido vinculadas con la tradición del Santo Grial, como una en Valencia (España), otra en Génova (Italia), O Cebreiro (España), Ardagh (Irlanda) y Nanteos (Gales), entre otras localidades.

La corona de espinas de Jesús

Mencionada en los Evangelios de San Juan, San Marcos y San Mateo, los soldados romanos colocaron la corona de espinas sobre la cabeza de Jesús. Su objetivo no solo era atormentarle más, sino burlarse de su condición de “Rey de los Judíos”.

Corona de espinas de Jesús
Corona de espinas de Jesús Esta se encontraba en Notre Dame

Desde el siglo V algunos referentes de la iglesia, como Paulino de Nola, tocaron el tema de la corona de espinas. La habrían llevado de Jerusalén a Constantinopla, y luego a Francia.

Con el paso del tiempo, varias iglesias europeas reclamaron tener la verdadera corona de espinas: hay dos en El Vaticano, una en París, otras en Madrid, Barcelona y Valladolid, entre tantas.

La lanza de Longinos

En el Evangelio de San Juan podemos encontrar la referencia a la lanza que traspasó a Jesús durante su crucifixión. “Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua”, dice Juan en el capítulo 19, versículos 33-34.

El evangelio apócrifo de Nicodemo, de fecha cercana al siglo IV, cuenta que el soldado se llamaba Longinos, además de mencionar que los ladrones crucificados junto con Jesús tenían por nombres Gestas y Dimas.

La lanza de Longinos
La lanza de Longinos hay varias en Europa

Con el paso del tiempo se dijo que, de la lanza sagrada, como también es conocida, solo sobrevivió la punta. Hasta Adolf Hitler mandó a buscar la verdadera, con la creencia de que dominaría al mundo con ella.

En las guerras del medioevo se habría perdido, pero con la expansión de la religión muchas iglesias dijeron tener la real, que persisten hasta la actualidad. Hay una en la Basílica de San Pedro (Roma); otra en Echmiadzin (Armenia); una en Viena (Austria); y dos más en Cracovia (Polonia) y Hungría.

La Cruz verdadera (Vera Cruz de Jesús)

La tradición, plasmada en los cuadros, muestra que Jesús cargó con una cruz unificada, con sus dos maderas juntas. Pero en la realidad, el reo cargaba con la madera horizontal y era colgado con ella en la vertical, alzado por cuerdas.

Helena (Santa Helena), madre del emperador Constantino, habría encontrado la Santa Cruz hacia el siglo III. Esta historia fue impulsada por escritos de Gelasio de Cesarea y Jacobo de la Vorágine, como explica la BBC.

Cruz
Cruz representa la muerte de Jesús

La Leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine, escrita en el siglo XIII, relata que Helena halló tres cruces, y dudando cuál fuera la verdadera llevó a una mujer enferma. Esta sanó al tocar la real, la de Cristo.

No obstante, se dice que los pedazos de madera se rompieron, diseminándolos sus seguidores por todo el mundo. Así, no existe una cruz verdadera, sino varios trozos, distribuidos en varias iglesias y monasterios.

En realidad, es difícil concretar que un trozo de madera haya pertenecido a la cruz de Cristo. Lo más probable es que los romanos la hayan reutilizado con otros condenados, perdiéndose el objeto de tormento en el tiempo.

Los restos de Jesús

Los Evangelios indican que Jesús resucitó y ascendió a los cielos tras mostrarse a sus discípulos. Pero es más una cuestión de fe que realidad. ¿Qué ocurrió con los restos de Jesús?

Existe una hipótesis que dice que la tumba estaba vacía porque sus seguidores habían robado el cuerpo del crucificado. La plantea el Evangelio de San Mateo, pero para refutarla, diciendo que era una mentira inventada por los sacerdotes judíos.

La Sábana Santa de Turín
La Sábana Santa de Turín una imagen medieval que recrea al cuerpo de Jesús

Otra dice que los restos del Maestro se los llevaron ladrones de tumbas: existen edictos imperiales contra esta situación en general. Y una más que el cuerpo lo robaron los líderes religiosos de la época, para evitar la veneración por parte de sus fieles.

En la actualidad nadie habla sobre tener restos de Jesús, pero sí de elementos usados como mortaja, como la Sábana Santa de Turín, en la que se refleja el supuesto rostro del crucificado. Sin embargo, la ciencia confirmó que esta sábana era una creación medieval.

Es otro de los elementos que se mantendrá en el misterio: ¿dónde están los restos de Jesús?

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