Sentir que el tiempo está en contra. Esa fue la premisa con la que Steve Jobs trató de conseguir como fuera el éxito, también aplicada por el magnate Elon Musk, el hombre más rico del mundo en la actualidad.
Musk creó PayPal, está detrás de la firma más importante de autos eléctricos Tesla, sueña con llevar al hombre a Marte a través de SpaceX y busca estar muy cerca de la información a través de Twitter, la última gran empresa que adquirió.
Cuando la revista Time lo nombró Persona del Año en 2021, lo describió de la siguiente manera: “Este es el hombre que aspira a salvar nuestro planeta y a conseguirnos uno nuevo para habitarlo: payaso, genio, señor de la industria, visionario, industrial, showman, canalla; un híbrido loco de Thomas Edison, P.T. Barnum, Andrew Carnegie y el Doctor Manhattan de Watchmen, el hombre-dios melancólico de piel azul que inventa coches eléctricos y se traslada a Marte”.
Y en casi todo, tiene mucha razón. Pero más allá de la productividad de Musk para estar al frente de varias empresas a la vez, dividiendo sus días en franjas de cinco minutos, una de las claves para entender cómo consigue todo lo quiere va más allá del poder y del dinero: la mortalidad, esa coincidencia que tiene con Jobs, el genio de Apple.
La mortalidad, la verdadera clave del éxito de Musk y Jobs
Como recuerda un informe publicado en el sitio web de Business Insider, citando a Time, “después de que un grave ataque de malaria casi le matara en 2001, parecía sentir la urgencia de aprovechar más su tiempo en la Tierra”.
Robert Zubrin, amigo de Musk desde hace 20 años, coincide en que el sentimiento de mortalidad se encuentra detrás de los logros del multimillonario: “Genio es una palabra que se asocia frecuentemente con Musk; sabiduría, no. Pero hay un sentido en el que Musk, en mi opinión, es muy sabio, y es que entiende que no tiene un ‘para siempre’”.

Del otro lado, hay que recordar que Steve Jobs murió por un cáncer de páncreas, pero el diagnóstico de la enfermedad no le impidió seguir creando: “Incluso antes de que se le diagnosticara el cáncer de páncreas que finalmente le mató, quienes conocían a Jobs decían que vivía su vida con un aparente sentido de urgencia, pareciendo saber por instinto que no sería larga”.
Jobs trajo al mundo las Mac, los iPhone y cambió para siempre la industria de la tecnología con innovaciones de punta. El concepto de la mortalidad también estuvo muy presente en su vida desde que le diagnosticaron el cáncer, pero a través de un enfoque en el que lo utilizaba como revulsivo.
En su famoso discurso en la Universidad de Stanford, Estados Unidos, en 2005, seis años antes de morir, expresó: “La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la muerte es posiblemente el mejor invento de la vida. Es el agente de cambio de la vida: retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo”.
“Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida y evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder”.
De esta forma, sentir que algún día todo se acaba fue lo que inspiró a Steve Jobs a lograr todos sus objetivos. Esa, en el fondo, también es la bandera de Elon Musk.
