Inflación, innovación, usuarios más exigentes. Hay muchas razones por las que las tarjetas gráficas o GPU dejarán de ser productos económicos, en una industria en la que los internautas cada vez hace más cosas en una computadora, desde estudiar a jugar videojuegos de alta gama.
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Primeramente, los costes de fabricación del hardware son la razón por la que no tendremos tarjetas gráficas baratas. Esto ha llevado a muchos internautas a dar vueltas por el mercado de segunda mano para encontrar alguna GPU de alta gama de generaciones anteriores, mientras que otros dan un salto hacia las consolas.
Como explica un informe publicado en el sitio web de Hard Zone, las tarjetas y los nuevos nodos de fabricación han ido subiendo de precio para las compañías. Fabricar un chip bajo un nodo de los más avanzados supone duplicar el coste por mm2 por lo que obviamente el precio también será el doble.
Las iGPU al rescate
El futuro de los que no deseen invertir más de 300 dólares en una tarjeta gráfica serán las gráficas integradas (iGPU), que tienen la ventaja de estar instaladas en el procesador.
Las iGPU tienen como característica estar dentro del mismo chip que la CPU y compartir, por tanto, el mismo controlador y acceso a la memoria RAM.
Poco a poco, por ejemplo las de AMD, han ido escalando en número de núcleos, por lo que pronto llegarán a la misma cantidad que tienen las tarjetas gráficas de gama baja.
A la larga, las iGPU tendrán que convertirse en componentes lo suficientemente buenos para la mayoría de los videojuegos que utilizan para los eSports o, simplemente, los que juegan la mayoría de los gamers.