Hace 100 años, el 6 de noviembre de 1922, se abrió la tumba del faraón egipcio Tutankamón, considerado uno de los mayores hallazgos arqueológicos de todos los tiempos. Incluso después de tanto tiempo, el descubrimiento sigue siendo un misterio y la historia se utiliza en innumerables producciones cinematográficas.
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Para conmemorar el centenario de la apertura de la ‘tumba del Rey Tutankamón’, aquí hay cuatro datos divertidos sobre el hallazgo:
Un tesoro
La tumba se abrió en noviembre de 1922 y resonó en todo el mundo. El arqueólogo británico Howard Carter necesitaba otras seis excavaciones para tener éxito. Su equipo descubrió una tumba intacta en el Valle de los Reyes en el Alto Egipto.
El tesoro estaba intacto, repartido por las cinco salas de la tumba y con 4.500 objetos (muebles, joyas, figurillas), algunos de oro macizo.
La tumba del joven faraón, que murió a los 19 años, aproximadamente en 1324 aC, es la única del antiguo Egipto que alberga un tesoro.
Ataúd de oro macizo
Además de los objetos de oro, también se encontró una cama de madera bañada en oro.
“El espectacular sarcófago de cuarcita roja albergaba tres ataúdes encajados, el último -110 kg de oro macizo- que contenía la momia de Tutankamón”, dice el sitio web Radio France Internationale.
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La pieza más importante del hallazgo, reconocida internacionalmente, es una máscara funeraria de oro de más de diez kilos de peso, con incrustaciones de lapislázuli y otras piedras semipreciosas.
Árbol genealógico enigmático
Luego de la investigación, se identificó que el padre del joven Tutankamón fue el faraón Akhenaton, quien reinó entre 1351 y 1334 a.C. Este a su vez fue esposo de la reina Nefertiti, también conocida, pero no es la madre de Tut. La evidencia muestra que sus padres posiblemente eran hermanos, ya que las momias encontradas están relacionadas. Tutankamón se habría casado con su media hermana, Ankhsenpaamon, algo común para la época.
Maldición del faraón
Lo que hace que toda esta historia sea aún más conocida es el hecho de que el tesoro contiene una "maldición". El mito comenzó a extenderse poco después de la apertura, principalmente debido al hecho de que Lord Carnavon, que estuvo presente en la excavación, murió en abril de 1923 de septicemia, luego de la infección de una herida.
Siguieron las muertes. Carter, responsable del descubrimiento, murió de cáncer en 1939 a los 64 años. Todavía no había terminado de publicar su trabajo sobre la tumba, a pesar de haber pasado diez años clasificando el tesoro.
