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Los códigos QR tienen casi tres décadas de edad: conoce su curiosa historia

Los códigos QR se convirtieron en un elemento de presencia constante en los últimos dos años. Pero la realidad es que tienen mucho tiempo existiendo.

Códigos QR. Foto: Dreamstime

El mundo se convirtió en otro a raíz de la pandemia del Coronavirus Covid-19, ese es un hecho. Y dentro de ello una de las cosas que curiosamente adquirieron mayor presencia fueron los códigos QR.

Estos elementos se volvieron la vía más ágil, directa y tecnológica para descargar, visualizar o distribuir contenidos sin necesidad de recurrir a impresos o medios físicos más complicados que exigieran mayor interacción humana y por lo tanto más riesgo.

Esto ha llevado a una situación curiosa, donde muchas personas han llegado a considerar que los códigos QR son un invento de existencia reciente.

Pero la realidad es que estos existen desde hace mucho mucho tiempo, de hecho desde el pasado siglo XX. Pero es hasta ahora que han ocupado el lugar que siempre merecieron. Esta es la historia detrás de todo.


Códigos QR tuvieron su inspiración en un juego de mesa

Muchos podrán ubicar la creación de los códigos QR a finales de la década pasada, que fue cuando se vivió una segunda ola de popularidad y dispersión de estos elementos en el lado occidental planeta.

Pero en sí estas vías de enlace tienen décadas de haber sido inventadas, para fines un tanto distintos a lo que es ahora. Y todo sucedió, cómo no iba a ser así, en Japón.

Juego Igo

Corría el año de 1994 cuando la compañía japonesa Denso Wave, subsidiaria de Toyota, desarrolló este sistema con el objetivo de compartir contenidos que se leyeran a alta velocidad en sus procesos internos de registro de repuestos para la fabricación de vehículos.

El ingeniero Masahiro Hara trabajaron en un proyecto que buscara una solución efectiva para resolver algunos problemas que estaban teniendo en sus centros de producción.

En aquel momento se utilizaba el aún muy popular código de barras, que sigue siendo conveniente y funcional para pocos volúmenes y amplia variedad de productos, como sucede al visitar un supermercado para escanear al final los artículos en la caja.

Pero al nivel de volumen y flujos de la industria automotriz, con maquinaria automatizada mucho más veloz que un humano, las limitantes fundamentales del sistema de código de barras generaban atasques en los procesos de registro y seguimiento en los enormes lotes.

Regreso a clases Udlap Los estudiantes responden un cuestionario de síntomas Covid, el cual les genera un código QR para poder ingresar al campus. Foto: Agencia Enfoque

Basados en el tradicional juego de mesa Igo, Hara y su gente trabajaron en la matriz 2D que codificación y lectura, basado en una patrón de detección de posición, que dio nacimiento al Quick Response Code, o Código QR, que lograban lecturas de escáner 10 veces más rápidas que con un código de barras.

La gran ironía es que Denso Wave probó la eficiencia de este invento pero terminó liberando la patente al considerar que el avance tecnológico logrado no era suficiente.

28 años después Masahiro Hara y los códigos QR por fin tienen el lugar que merecen en la historia.

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