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Solo 0.005% de ser natural: Avi Loeb insiste en que el objeto 3I/ATLAS es la evidencia de tecnología alienígena

El controvertido físico de Harvard, Avi Loeb, insiste en que su comportamiento es tan anómalo que su origen tecnológico no se puede descartar.

Es el tercer objeto interestelar detectado en nuestro sistema solar. (Foto: Redes sociales)
3I/ATLAS. Es el tercer objeto interestelar detectado en nuestro sistema solar. (Foto: Redes sociales)

El misterioso objeto espacial 3I/ATLAS, detectado por un telescopio financiado por la NASA, se dirige actualmente hacia un encuentro cercano con la Tierra programado para el 19 de diciembre de 2025. Aunque la agencia espacial insiste en que es simplemente un cometa interestelar inofensivo que pasará a 270 millones de kilómetros, su comportamiento ha generado una profunda controversia. En el centro del debate se encuentra el reconocido y a veces polémico físico de Harvard, Avi Loeb, quien asegura que 3I/ATLAS está rompiendo demasiadas reglas de la astrofísica como para ser catalogado como un objeto natural.

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Loeb, quien previamente sugirió que el objeto podría ser una “nave nodriza alienígena”, ha publicado un análisis detallado donde lista 10 maneras específicas en las que 3I/ATLAS se desvía de la norma de los cometas conocidos. El punto central de su argumento es la improbabilidad: el cúmulo de anomalías en su trayectoria y composición es tan grande que la posibilidad de que todo sea una coincidencia natural es de apenas el 0.005%. La comunidad científica se debate entre el escepticismo ante la especulación tecnológica y la necesidad de explicar las singulares características de este visitante cósmico.

Avi Loeb
Avi Loeb

Las inconsistencias físicas y químicas

Las anomalías más flagrantes de 3I/ATLAS se encuentran en su composición gaseosa y su rendimiento físico, que desafían la comprensión tradicional de los cometas formados por hielo y roca.


El cometa, supuestamente compuesto por gases y polvo, está liberando una banda de gas con una proporción de níquel superior al hierro, una relación inversa a la que se encuentra en la mayoría de los materiales naturales del universo. Loeb subraya que esta proporción es, de hecho, similar a las aleaciones industriales de níquel creadas por el ser humano. A esto se suma que la cantidad de níquel en relación con el gas de cianuro que expulsa es inusualmente alta. Otra inconsistencia crucial es su bajo contenido de agua: solo alrededor del 4% del gas emitido es vapor de agua, cuando los cometas se componen predominantemente de hielo. Estos datos sugieren que 3I/ATLAS se formó en un entorno químico muy diferente o que está hecho de materiales no naturales.

3i/Atlas
3i/Atlas

En términos de rendimiento, 3I/ATLAS exhibe una aceleración no gravitacional que, si fuera natural, requeriría la evaporación masiva de hasta una sexta parte de su masa; sin embargo, los telescopios no muestran evidencia clara de tal pérdida de masa. Además, su luz está polarizada de una manera “extremadamente negativa”, un fenómeno nunca antes visto en ningún cometa, ni siquiera en el anterior objeto interestelar conocido, Borisov.

El origen tecnológico y el debate espacial

Las desviaciones en la trayectoria del objeto son quizás las más llamativas para el físico de Harvard. La órbita de 3I/ATLAS es retrógrada (se mueve en dirección opuesta a los planetas), pero, a su vez, se mantiene increíblemente cerca del plano de la eclíptica (donde orbitan los planetas), una combinación que tiene solo un 0.2% de probabilidad de ser aleatoria.

Loeb también califica su paso por el Sistema Solar como “afinado” (fine-tuned), pues se acercó a Venus, Marte y Júpiter en un timing que él considera muy improbable. La aparición de una cola (compuesta por CO2, agua, cianuro y aleación de níquel) en recientes imágenes del Nordic Optical Telescope no ha calmado las especulaciones. Loeb sugiere que, lejos de ser un proceso natural de evaporación, la cola podría ser evidencia de una “maniobra de frenado” (conocida como braking thrust), lo que indicaría una operación controlada y artificial, propia de una “nave nodriza que libera mini-sondas”.

Imagen de 3i/Atlas captada por Rover Persverance / Nasa
Imagen de 3i/Atlas captada por Rover Persverance / Nasa

La Escala Loeb y la advertencia de la NASA

La especulación de Avi Loeb alcanza su punto álgido al señalar que la dirección en el cielo desde la que llegó 3I/ATLAS está a solo nueve grados del origen de la famosa “Wow! Signal” de 1977, una coincidencia que ocurriría por casualidad solo el 0.6% de las veces.

3i/Atlas - Wow / Composición Whisk-FW
3i/Atlas - Wow / Composición Whisk-FW (Made with Google AI)

El físico ha asignado a 3I/ATLAS un valor de “6” en su “Escala Loeb”, donde un 10 representa un objeto tecnológico definitivo. Basado en todas las inconsistencias, Loeb asigna una probabilidad del 30% al 40% a que 3I/ATLAS no tenga un origen completamente natural. Pese a las afirmaciones de un “cisne negro” o un “Caballo de Troya” tecnológico, la NASA mantiene una postura de cautela, insistiendo en que es un cometa inofensivo y que seguirá siendo monitoreado por la International Asteroid Warning Network, un hecho que garantiza una gran oportunidad de observación científica, independientemente de su origen.

       

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