Espacio

Científicos detectan una enorme cicatriz de metal en una estrella caníbal muy cerca de la Tierra

Una enana blanca, que antes era una estrella ligeramente más grande que nuestro Sol, revela datos de cómo este tipo de cuerpos devoran sus planetas.

Una estrella caníbal con una cicatriz de metal tiene a los científicos impactados. Descubrir este tipo de eventos en cuerpos celestes que ya agotaron su vida, da pistas de lo que va a ocurrir con nuestro Sistema Solar dentro de unos 2.000 o 3.000 millones de años.

El sitio Slash Gear, experto en información científica, explica los dos destinos que suele tener una estrella muerta. Cuando son muy masivas, y se quedan sin combustible, explotan en lo que llamamos una supernova.

Pero cuando tienen un tamaño similar al de nuestro Sol se inflan hasta convertirse en una gigante roja y poco a poco se van desprendiendo de sus capas exteriores, para terminar en una nebulosa. Ese proceso termina en una enana blanca que por mucho que sea pequeña, es realmente densa con un campo gravitacional tan fuerte que se come a los planetas que están a su alrededor.

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Es por eso que les dicen estrellas caníbales. Eso, en teoría, es lo que va a suceder con nuestro Sistema Solar en un futuro lejano.

Todo esto que les explicamos es pura teoría. Nunca antes se había tenido evidencia de este proceso, hasta que recientemente un equipo de científicos encuentra una cicatriz de metal en una enana blanca llamada WD 0816-310, a 60 años luz de la Tierra. El material encontrado serían restos de un planeta o asteroide masivo que la enana blanca se comió.

Reseña el sitio antes mencionado que el equipo de científicos “utilizaron un instrumento del Very Large Telescope llamado Reductor Focal y Espectrógrafo de Baja Dispersión (FORS2), que puede dividir la luz en diferentes longitudes de onda y ver cuáles han sido absorbidas”.

“Es bien sabido que algunas enanas blancas, brasas de estrellas como nuestro Sol que se enfrían lentamente, están canibalizando partes de sus sistemas planetarios. Ahora hemos descubierto que el campo magnético de la estrella desempeña un papel clave en este proceso, lo que resulta en una cicatriz en la superficie de una enana blanca”, dijo el autor principal del estudio, Stefano Bagnulo, del Observatorio y Planetario de Armagh en Irlanda del Norte.

“Hemos demostrado que estos metales se originan a partir de un fragmento planetario tan grande o posiblemente mayor que Vesta, que tiene unos 500 kilómetros de diámetro y es el segundo asteroide más grande del Sistema Solar”, dijo el coautor Jay Farihi del University College London.

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