En un avance sorprendente para la astronomía, un equipo de científicos en Chile ha logrado detectar el campo magnético más distante en una galaxia hasta ahora conocido. Utilizando el poderoso telescopio ALMA en el desierto de Atacama, los investigadores han observado un campo magnético completamente formado en una galaxia distante, proporcionando nuevas pistas sobre la formación de campos magnéticos a escala galáctica.
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Este descubrimiento no solo revela información sobre el pasado lejano del universo, sino que también arroja luz sobre cómo evolucionan las galaxias a lo largo del tiempo, de acuerdo con el informe de Sputnik.
El Observatorio Europeo Austral (ESO) anunció recientemente este emocionante descubrimiento. El campo magnético detectado es similar en estructura a los que se observan en galaxias más cercanas, a pesar de que es aproximadamente 1.000 veces más débil que el campo magnético de la Tierra. Lo más impresionante es que se extiende a lo largo de más de 16.000 años luz.
La luz que emana de esta galaxia viajó durante más de 11.000 millones de años para llegar a la Tierra, lo que nos permite observar cómo era esta galaxia cuando el universo tenía solo 2.500 millones de años. Este viaje en el tiempo cósmico ha proporcionado a los científicos una visión única de la formación de campos magnéticos galácticos en sus primeras etapas.

El misterio de los campos magnéticos
La detección de un campo magnético completamente desarrollado en el universo temprano sugiere que estos campos pueden formarse rápidamente mientras las galaxias aún están creciendo. Los investigadores involucrados en este estudio creen que la intensa formación estelar en el universo temprano puede haber desempeñado un papel clave en este proceso acelerado.
La técnica utilizada para detectar este campo magnético implicó buscar la luz emitida por el polvo en la galaxia distante, conocida como “9io9″. Cuando un campo magnético está presente, el polvo tiende a alinearse, lo que hace que la luz que emite se polarice. En otras palabras, las ondas de luz oscilan en una dirección definida. Esta polarización de la luz fue esencial para la identificación del campo magnético en esta galaxia lejana.
Rob Ivison, astrónomo de ESO y coautor del estudio, destacó que este descubrimiento abre “una nueva ventana al funcionamiento interno de las galaxias”. Esto se debe a que los campos magnéticos están intrínsecamente relacionados con el material que forma nuevas estrellas.
Hasta ahora, la comunidad científica había tenido incertidumbre sobre cuándo y con qué rapidez se formaban los campos magnéticos en las galaxias, pero este hallazgo ofrece una valiosa perspectiva en ese sentido.