Aunque parezca difícil, no es imposible enfermarse en la Estación Espacial Internacional. Un ejemplo grave ocurrió en 2020, cuando un astronauta sufrió un coágulo de sangre (trombosis venosa profunda).
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Sin los medicamentos adecuados, a miles de kilómetros de la Tierra y sin la posibilidad de volver a ella para ser tratado, la NASA adoptó medidas extraordinarias que permitieron salvarle la vida.
También conocido como trombo, un coágulo es una masa sólida que se forma cuando la sangre se espesa y se adhiere. Su origen natural es parte del proceso de coagulación, que ayuda a detener el sangrado después de una lesión.
No obstante, los coágulos de sangre también pueden ser peligrosos si se forman en lugares incorrectos, como en las venas profundas de las piernas o en los pulmones.
Pueden formarse por lesiones o cirugía, inmovilidad durante mucho tiempo, embarazo, uso de estrógenos, tabaquismo, obesidad, edad avanzada y ciertas enfermedades, como cáncer, enfermedades cardíacas y diabetes.
Así se diagnóstico el coágulo de sangre en la Estación Espacial
El caso específico del astronauta en la Estación Espacial Internacional fue revelado por la NASA en 2020. No se dio a conocer cuándo sucedió ni la identidad de la persona.
El coágulo lo tenía en la vena yugular del cuello, y se le descubrió durante un experimento, cuando llevaba dos meses de una estadía de seis en la Estación Espacial Internacional.
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Stephan Moll, profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, fue consultado por la NASA para ayudar a elaborar un plan de tratamiento para el coágulo. Esto se conoció gracias a un comunicado del centro educativo.
La Estación Espacial Internacional solo tiene un pequeño suministro de medicamentos a bordo, entre ellos el anticoagulante Enoxaparin.
Los expertos, con Moll en el grupo, tuvieron que racionar las existencias del medicamento hasta que la NASA pudiera lanzar una nueva misión de carga.
A la persona se le inyectó la enoxaparina durante 40 días: en el número 43, llegó a la Estación Espacial Internacional un suministro de Apixaban, píldora oral, que ayudó a completar el tratamiento.
En total, los médicos monitorearon al astronauta durante más de 90 días, con la persona realizándose ultrasonidos en su propio cuello con la guía de un equipo de radiología desde la Tierra.
La persona pudo completar su misión de seis meses, sin requerir más tratamiento.
¿Qué pasará en una futura misión de la NASA a Marte si sucede algo similar?
La astronauta Serena Auñón-Chancellor, médico de ascendencia cubana, y el doctor Moll, publicaron una investigación sobre el caso del coágulo en el espacio.
“Estos nuevos hallazgos demuestran que el cuerpo humano todavía nos sorprende en el espacio”, dijo Auñón-Chancellor. “Todavía no hemos aprendido todo sobre Medicina Aeroespacial o Fisiología Espacial”.
“La pregunta más importante que queda es cómo lidiaríamos con esto en una misión de clase de exploración a Marte. ¿Cómo nos prepararíamos médicamente? Se debe realizar más investigación para dilucidar aún más la formación de coágulos en este entorno y las posibles contramedidas”, recalcó la experta.