Cada uno de los cuerpos celestes que conforman el Sistema Solar tienen una tarea específica para que se mantenga el desarrollo de la vida en la Tierra. Júpiter y sus franjas, aunque todavía tenga un montón de misterios por descubrir, sigue fascinando a los científicos de la NASA y agencias que se dediquen a la astronomía.
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El gigante gaseoso de nuestro sistema planetario es una especie de escudo para la Tierra, ya que nos protege del aluvión de asteroides que pasean por nuestro vecindario en el universo. Por lo tanto, expertos en la materia se meten de lleno en su exploración para comprender los procesos que ocurren en dicho mundo.
Júpiter fotografiado representa una especie de espectáculo visual para los humanos. Las franjas con distintos tonos de rojos y naranjas son, además, un cúmulo de procesos químicos que los expertos han logrado detectar, gracias a datos que ofrece la sonda espacial Juno, enviada por la NASA en el año 2011.
Una reseña del portal Infobae destaca un informe de investigadores de las universidades de Leed y Kobe, en el que se plantean nuevas hipótesis sobre el origen de las franjas del gigante.
Al igual que se ha dicho en estudios previos, la brutalidad de su comportamiento meteorológico es la gran responsable de las franjas o anillos que vemos en Júpiter. Las múltiples tormentas en la superficie hacen que las corrientes de vientos formen este fenómeno.
El líder de la investigación, Kumiko Hori, de la Universidad de Kobe en Japón, dice que hay una relación entre los cambios de los vientos con las ondas que produce el campo magnético de Júpiter. A esto le suman que las elevadas temperaturas son el eje central de las diferentes formas que se registran en el planeta.
Las diferencias en la composición y la temperatura también influyen en la apariencia de las franjas de Júpiter. Por ejemplo, se cree que las franjas oscuras contienen nubes de amoníaco y compuestos de azufre, mientras que las franjas más claras pueden estar compuestas principalmente de nubes de amoníaco.
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En las zonas ecuatoriales y tropicales de Júpiter, los vientos soplan en dirección oeste, lo que da lugar a las franjas oscuras llamadas cinturones. Estas franjas son zonas donde el aire asciende, creando altas presiones y condiciones atmosféricas relativamente tranquilas.
Por otro lado, en las regiones polares de Júpiter, los vientos soplan en dirección este, creando franjas más claras conocidas como zonas. Estas zonas son áreas donde el aire desciende, generando bajas presiones y condiciones atmosféricas más turbulentas.