¿Por qué la Estación Espacial Internacional no puede estar para siempre en órbita?

La Estación Espacial Internacional será destruida en 2030 o 2031, según el mil millonario plan de la NASA sobre el que hablamos recientemente. Es el fin de su vida útil, tras su puesta en órbita en 1998.

Desde el 2000 ha recibido astronautas de varias nacionalidades, que realizaron experimentos y observaciones a nuestro planeta, beneficiando al mundo científico y a todos en general.

El planteamiento de la NASA es derribar, de forma segura, a la ISS. Inicialmente se pensó en trabajar con la quema de motores de los vehículos de carga robóticos Progress, de fabricación rusa; luego, en el desarrollo de un rover de desorbitado norteamericano.

En cualquiera de los dos casos, la estación terminará en el llamado Punto Nemo, la zona oceánica más alejada de tierra firme, ubicado en el océano Pacífico.

Muchos se preguntan por qué el laboratorio espacial no puede estar siempre activo, te damos las respuestas a continuación.

Los signos del final de la Estación Espacial Internacional

Instalaciones como la Estación Espacial Internacional necesitan un mantenimiento regular, que cada vez se vuelve más costoso tanto para la NASA como para sus socios. De allí a que Rusia, incluso antes de la invasión a Ucrania y las consiguientes tensiones con Estados Unidos, decidiera no trabajar en ella más allá de 2025.

Como explica el portal Planetary Society, los sistemas que la ISS necesita para energía, comunicación con la Tierra y soporte vital para la tripulación están diseñados para su reparación en órbita, sea por astronautas o por robots.

Pero sin importar los trabajos que necesite, la degradación natural de la estructura (recordemos que ya tiene más de dos décadas en órbita) limita su vida útil.

Hoy por hoy, la Estación Espacial Internacional sufre enormes variaciones en su temperatura, y cada vez con una menor protección, debido a la interacción con el entorno del espacio exterior.

Hasta los constantes acoplamientos de las distintas naves afecta al aparato. Planetary Society recalca que las naves se acoplan a la ISS cada tres meses: todos tensan la estructura, debilitando el casco.

¿Qué viene para el futuro?

De allí a que la NASA decida no solo derrumbar la ISS para 2030 o 2031, sino también dar paso al desarrollo de estaciones comerciales, manejados por empresas como Axiom, Blue Origin, Nanoracks y Northrop Grumman, por no nombrar a SpaceX.

Gateway sería la próxima apuesta de la agencia aeroespacial, que serviría como centro de comunicaciones, laboratorio de ciencias y módulo de habitación a corto plazo, ubicado en la órbita de la Luna.

El Programa Artemis, que busca llevar a la primera mujer y al próximo hombre a la Luna, representa un paso importantísimo en esa dirección.