Cinco características que quizás no conocías sobre Júpiter, el planeta que más protege a la Tierra

Júpiter, mi buen amigo...

Júpiter

Ayer estaba viendo una película que se llama la “Tierra Errante” (está en Netflix). No la estoy recomendando, debido que es muy compleja de ver por algunos problemas de continuidad en su guion. Sin embargo, su planteamiento original me despertó la iniciativa de contarles un poco más sobre Júpiter, el planeta que más nos protege en nuestro Sistema Solar.

La base de la película cuenta la historia de cómo un grupo de científicos siembran una especie de motores subterráneos para sacar a la Tierra del Sistema Solar, debido a que nuestra estrella masiva está llegando a su fin. Sí, una locura hermosa para explotar de risa un rato.

Pero cuando se acercan a Júpiter uno de los impulsores falla y hay que tratar de evitar que la gravedad del gigante gaseoso nos consuma generando un impacto que acabe con nuestro mundo.

Entonces, por primera vez en la historia Júpiter no nos estaría protegiendo cómo lo hace siempre. Aunque en esta ficción que se acerca a la demencia, la culpa esta vez es nuestra, porque nadie nos mandó a sacar a la Tierra de su región en el Sistema Solar.

Júpiter e Ío

¿Cómo se comporta Júpiter en la vida real?

  1. La naturaleza real de Júpiter, si nunca se nos ocurre irnos de dónde estamos, es perfecta para la Tierra. El gigante gaseoso está situado cerca de una región que se llama el Cinturón de Asteroides y absorbe cuanta roca se quiera adentrar en la región de los planetas internos del Sistema Solar. Así, evita que la cantidad de asteroide se reduzca y así minimiza la posibilidad de impacto con nuestro mundo.
  2. Según una reseña de National Geographic Júpiter es el planeta con mayor cantidad de lunas en el Sistema Solar. Hasta ahora van 80, pero se estima que hay muchas más que todavía no han sido descubiertas.
  3. No podemos aterrizar en Júpiter. Es un planeta gaseoso que no cuenta con una superficie sólida como ocurre con la tierra. Solo hay gases y líquidos en su composición.
  4. Fue descubierto en 1610. Uno de los padres de la física, Galileo Galilei, fue el primero en verlo y registrarlo en los libros de la historia. Durante esa misma observación logró ver algunas de las lunas que hoy siguen siendo parte de su órbita.
  5. Un giro extraordinario. Su ubicación, el quinto con respecto al Sol, hace que se tarde en dar una vuelta al astro rey en 12 años; muy largo el periodo. Sin embargo, el giro sobre su eje, rápido como pocos, hace que tenga el día (o la noche), más corto: solo 10 horas aproximadamente.
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