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Sí al alcohol en el espacio: estos cosmonautas dan las razones para tomar en órbita

¿Quién los apoya?

Astronauta con una bebida alcohólica

La NASA tiene terminantemente prohibido el alcohol para sus astronautas: por lo tanto, en la Estación Espacial Internacional no se toma. Pero un grupo de cosmonautas se ha plantado, a lo largo del tiempo, contra la medida.

Dieron sus razones y, para muchos, suenan válidas.

Recordemos la posición de la NASA gracias a las palabras de Daniel Huot, portavoz del Centro Espacial Johnson: “El uso de alcohol y otros compuestos volátiles está controlado en la ISS, debido a los impactos que sus compuestos pueden tener en el sistema de recuperación de agua de la estación”.

Además, está la preocupación de que alguien derrame alguna bebida sobre los equipos. Y, mucho peor, que termine perdiendo la noción de la responsabilidad que le toca.

Astronauta con alcohol en el espacio

La BBC, que conversó con Huot, hacía esta comparación: “No permitimos que los conductores de automóviles o los pilotos de aviones estén borrachos y a cargo de sus vehículos, por lo que no sorprende que las mismas reglas se apliquen a los astronautas dentro de una estación espacial de 150 mil millones de dólares, que viajan a través del vacío a casi 28 mil kilómetros por hora”.

Punto y final a la discusión para la NASA.

Pero un grupo de cosmonautas a lo largo del tiempo, cuyas historias contó Russia Beyond, ha dado su parecer positivo al consumo de alcohol.

Así llevaba alcohol al espacio cada cosmonauta

En la época de la Unión Soviética, el cosmonauta Igor Volk (1937-2017) describió un plan para llevar coñac a bordo de la Soyuz. Corría el año 1984.

Era el plan perfecto. “Mi compañero Volodya Djanibekov y yo pensamos en todo. Una semana antes del lanzamiento no comimos nada excepto pan y té, y perdimos casi 2 kilos. Empacamos todo en bolsitas de celofán y, cuando estábamos vestidos, colocamos las bolsas en los trajes espaciales”.

También llevaban alcohol en un libro grueso: “Le quitabas la tapa y, en lugar de las hojas, metías una botella. Cabía como de litro y medio. Lo más importante es que no borboteara”.

Astronauta con una bebida alcohólica

Otro cosmonauta, Georgy Grechko (1931-2017), contaba que llevaba el alijo en trajes especiales para gravedad cero.

“Cada día antes de acostarnos podíamos beber cada uno (el equivalente a) 8.5 gramos, pero logramos beber solo la mitad del frasco. Simplemente no pudimos beber el resto”, decía Grechko.

“El líquido tiene el mismo peso cero como aire, por lo que no se derrama. Y si se exprime, simplemente se mezcla con el aire, se convierte en espuma. Por eso tuvimos que dejar la mitad del matraz donde lo encontramos”.

El gran beneficio de tomar en el espacio

Punto clave a favor del alcohol: alivia la tensión. Relataba el cosmonauta Valery Ryumin (1939-2022): “Una vez, antes del despegue, compré 12 botellas de coñac armenio, que vertí en bolsas de plástico blandas con tapones de rosca”.

“El pequeño sorbo de coñac se llama bul’ka. En la Tierra son 20 gramos, que no es nada”, decía Ryumin.

“Tuvimos un día difícil y al día siguiente, otro experimento. Cuando nos metemos en nuestros casos de dormir, no tenemos ningún sueño. Pero el bul’ka te salva”.

Astronauta con una bebida alcohólica

El cosmonauta cerraba: “La gotita de alcohol tiene un efecto fantástico en el espacio: te calma, quita la tensión. Te duermes rápido y por la mañana te levantas vigorizado. Esto es mejor que un sedante, al que te vuelves adicto rápidamente”.

“Estoy convencido de que es necesario legalizar el alcohol en el espacio en pequeñas cantidades, por ejemplo, como sedante”.

¿Terminará la prohibición en algún momento?

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