Ir al espacio requiere de una preparación física tremenda para los astronautas, pero el reto psicológico tiene un peso enorme también. Muchos de ellos han confesado cuál es su peor enemigo de este tipo.
En la Tierra, todos lo pueden sufrir, pero más las personas mayores, las que tienen discapacidades y las que se encuentran en entornos hostiles.
Y en el espacio, ni se diga.
Es el aislamiento. La sensación de soledad.
Los astronautas deben permanecer por tres, seis, doce meses en un espacio pequeño, sin poder ver la Naturaleza, sentir el abrazo de la familia o poder asistir a los eventos que más le gustaban.
La única forma de salir de la estación es en una caminata espacial, y siempre debe ser con el traje. No todos tienen la suerte de hacer una.
El peso del aislamiento entre los astronautas en el espacio
Tom Williams, científico de la NASA, habló en Houston: We Have a Podcast sobre el peso del aislamiento en los astronautas.
“Somos muy resistentes y nos adaptamos a los diferentes cambios en nuestro entorno”, indica Williams. “Y lo que hace el aislamiento es eliminar ese contexto de adaptación, porque cuando estamos aislados, no podemos relacionarnos con nuestro entorno de tantas maneras diferentes como cuando no estamos aislados.
“Así, por lo tanto, algunas de las cosas de las que dependemos para ayudarnos a adaptarnos a los diferentes desafíos que podemos encontrar ahora se eliminan de eso”.
Los astronautas se enfocan en cumplir con sus misiones, con los objetivos designados para cada día. Otros van más allá, estableciéndose desafíos propios: un ejemplo es el de la astronauta Shannon Lucid, que llevó al espacio 100 libros para grabarlos y que sus hijos los escucharan antes de dormir.
Lucid lo hizo en los años 90 (viajó al espacio en misiones entre 1985 y 1996), pero en la actualidad la interacción con las personas en la Tierra es más directa, usando sobre todo las redes sociales.
¿Cómo luchar contra la sensación generada por el aislamiento?
La clave para los astronautas es mantener la interacción entre compañeros dentro de la estación, tratar de estar activos en labores tanto físicas como mentales y no perder el contacto con la familia en la Tierra.
Mike Barratt, físico y astronauta, también habló en el podcast sobre el aislamiento. ¿Cuándo lo sintió más? En los eventos familiares a los que no podía asistir por estar en el espacio.
“Creo que las únicas veces que me sentí aislado allí fue cuando sabía que estaban ocurriendo eventos en la Tierra de los que realmente quería ser parte. Principalmente eventos familiares”, confesó.
Blindarse en lo físico es clave para el éxito de los astronautas en el espacio, pero la labor psicológica sin duda tiene una importancia trascendental.