El telescopio Gemini North de NOIRLab logró una imagen espectacular del choque de dos galaxias que generaron una mariposa espacial o mariposa cósmica, pero más allá de lo hermosa que es la fotografía, la misma representa el destino de la Vía Láctea.
Las galaxias NGC 4568 y NGC 4567 fueron las observadas en el proceso de colisión y fusión. Las dos están a 20.000 años luz de distancia, en teoría cerca, y están a punto de entrar en una fase destructiva de fusión.
Se encuentran a 60 millones de años luz de distancia de la Tierra, hacia la constelación de Virgo, y ambas son galaxias espirales como nuestra Vía Láctea.
En las profundidades del espacio pueden colisionar galaxias enteras, por destrucción o creación, ya que pueden interactuar para crear focos de intensa formación estelar a medida que se fusionan. Este es un proceso lento, que puede ocurrir durante millones de años, por lo que los astrónomos pueden detectar estas fusiones cuando ocurren.
“Esta nueva imagen capturada por el telescopio Gemini North en Hawái revela un par de galaxias espirales que interactúan, NGC 4568 y NGC 4567, a medida que comienzan a chocar y fusionarse”, escribió la cuenta de Twitter del Observatorio Gemino sobre la foto de la mariposa espacial.
This new image captured by the Gemini North telescope in Hawai‘i, part of the @GeminiObs, operated by @NSF's @NOIRLabAstro, reveals a pair of interacting spiral #galaxies — NGC 4568 and NGC 4567 — as they begin to clash and merge. https://t.co/vijLGjmtuo (1/2) pic.twitter.com/DKmgMPQ6FO
— Gemini Observatory (@GeminiObs) August 9, 2022
El destino de la Vía Láctea
NOIRLab también señala que este proceso es similar a lo que eventualmente le sucederá a la Vía Láctea cuando la cercana galaxia de Andrómeda colisione con nuestra galaxia de origen dentro de unos 4 mil millones de años.
A medida que las galaxias NGC 4568 y NGC 4567 se acercan, las enormes fuerzas gravitatorias involucradas en la fusión comenzarán a distorsionar sus formas, estirando partes y desencadenando ráfagas de formación de estrellas.
Por ello, los astrómonos creen que algo similar podría ocurrir con la Vía Láctea, cuando colisione con la galaxia Andrómeda.
Desde 2012, los expertos pronostican esta colisión, ya que el enorme halo que rodea a Andrómeda está empezando a contactar con el halo de nuestra galaxia. Aún queda mucho para que ocurra, pero el destino de la Vía Láctea parece que está escrito.