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Metal Gear Solid no habría existido de no ser por un juego de Nintendo, según Hideo Kojima

El cerebro detrás de MSG, contó que su decisión de dedicarse a los videojuegos no llegó por una superproducción “cinematográfica”.

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A veces, los grandes universos nacen de detonantes diminutos. En el caso de Hideo Kojima, el creador famoso por sus tramas enrevesadas, su obsesión por el lenguaje audiovisual y su gusto por romper reglas, la chispa no vino de una película de autor ni de un thriller sofisticado.

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Vino de un personaje redondo que solo avanzaba hacia la derecha, saltando. El “botón de inicio” de una de las sagas más influyentes del gaming habría sido Mario, y eso cambia por completo el mito de origen.

El “culpable” es Mario: un juego sencillo que abrió una puerta enorme

En una entrevista reciente, Kojima explicó que Super Mario Bros. fue el juego que lo empujó a tomarse en serio el medio.


Según relató, cuando estaba en la universidad lo jugó durante mucho tiempo —tanto, que incluso se saltaba clases para quedarse jugando en casa—, y llegó a la conclusión de que los videojuegos tenían un potencial que todavía no se veía con claridad.

La parte que más llamó la atención es la confesión directa: sin Mario, “probablemente” no estaría en esta industria. Y no es una frase menor, considerando que su carrera ayudó a moldear la idea moderna de narrativa interactiva, sigilo y dirección “de autor” en videojuegos.

Cuando lo simple se vuelve revolucionario

Lo interesante es el contraste: Super Mario Bros. no es precisamente un manual de guion complejo. Es un plataformas de desplazamiento lateral con reglas claras, ritmo inmediato y una historia mínima.

Y, aun así, ahí Kojima vio algo enorme: la sensación de aventura, el control del jugador y la posibilidad de que el medio creciera hasta competir con el cine en impacto cultural.

Dicho de otra manera: Mario no le enseñó a Kojima a contar historias “a lo Metal Gear”. Le enseñó que el videojuego podía convertirse en el escenario perfecto para contarlas. Y que, con el tiempo, la industria no iba a limitarse a píxeles simpáticos, sino a mundos completos con lenguaje propio.

El giro de guion: Kojima quería cine, pero terminó haciendo “cine jugable”

Kojima ha comentado en más de una ocasión que le atraía la idea de dedicarse al cine. Lo divertido es que su destino terminó siendo una tercera vía: no dejó el cine atrás, sino que lo “metió” en los videojuegos.

Así nacieron escenas largas, ritmo de montaje, cámaras dramáticas y esa sensación de estar jugando algo que también quiere ser película… pero sin perder la interactividad.

Y ahí se entiende por qué este dato importa: si Mario fue la puerta de entrada, entonces Metal Gear Solid no se explica solo por la ambición narrativa de Kojima, sino por su temprano convencimiento de que el medio podía evolucionar muchísimo más allá de lo que se veía en la época.

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Por qué esta confesión engancha tanto a los fans

Porque le quita solemnidad al origen de una leyenda. En vez de “todo empezó con una gran epifanía intelectual”, la historia suena más humana: un universitario fascinado, un juego que parecía simple, y una idea enorme creciendo en silencio. Una mariposa saltó, y el espionaje táctico tembló.

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