Durante décadas, Dragon Ball fue sinónimo de peleas épicas, transformaciones imposibles y héroes que salvan el universo. Pero si había algo que el maestro Akira Toriyama nunca logró dominar, fue el desarrollo de sus personajes femeninos.
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Sí, Bulma es icónica, Androide 18 es letal y Videl tuvo su momento de gloria... pero todas, en algún punto, quedaron relegadas a ser madres, esposas o simplemente decorado en segundo plano.
Hasta que llegó Dragon Ball Super y, con más errores que aciertos en otros frentes, logró lo impensado: hacer justicia a las mujeres del universo Z.
Un historial problemático con las mujeres
Toriyama siempre tuvo chispa para crear personajes memorables… pero solo por un rato. El problema nunca fue introducir figuras femeninas fuertes, sino darles continuidad.
- Bulma, coprotagonista en los inicios, desapareció durante largos arcos argumentales, hasta regresar como soporte técnico (y romántico) de Vegeta.
- Milk, brillante en su presentación, terminó siendo la caricatura de “mamá estricta” en DBZ.
- Androide 18, la mujer que humilló a Vegeta en su primera pelea, se convirtió en “la esposa de Krilin” sin mayor desarrollo.
- Y Videl, que prometía muchísimo en la saga de Majin Buu, fue escrita y borrada con la misma rapidez.
Todas fueron creadas con potencial, pero ninguna mantuvo su relevancia. Un patrón que los fans reconocieron y que, por suerte, Dragon Ball Super se atrevió a romper.
Dragon Ball Super: el renacer de las mujeres Z
A pesar de sus muchos tropiezos narrativos, Dragon Ball Super trajo consigo una inesperada redención para los personajes femeninos.
- Bulma vuelve a brillar, no solo como científica indispensable, sino como el pegamento emocional del grupo. Es madre, líder, arrogante, divertida… y por fin escrita como el personaje completo que siempre fue.
- Androide 18 no solo participa activamente en arcos importantes, sino que tiene un rol clave en el Torneo de Poder. Vuelve a patear traseros, pero ahora con carisma, propósito y química con el resto del equipo.
- Caulifla y Kale, y su fusión en Kefla, hacen historia como las primeras Super Saiyans femeninas. Protagonizan algunas de las peleas más emocionantes y rompieron una barrera que muchos pensaban infranqueable.
- Incluso Pan y Cheelai reciben una construcción coherente y carismática que brilla más que toda la participación de Pan en Dragon Ball GT.
¿Dragon Ball Super es perfecto? Para nada. Pero al menos en esto, sí acertó
No todo es color de rosa. Videl sigue maltratada por el guión y Milk apenas aparece. Pero hay algo claro: Dragon Ball Super mostró que las mujeres en este universo pueden ser algo más que esposas, madres o personajes de transición.
Y aunque otros shonen modernos como Chainsaw Man o Jujutsu Kaisen están marcando la pauta en cuanto a personajes femeninos bien construidos, ver esta evolución dentro de Dragon Ball es un paso gigantesco para una franquicia que durante años se estancó en clichés.
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Con la promesa de nuevos arcos en el horizonte, los fans solo esperan que Toyotarou siga dándole el lugar que merecen a las guerreras del universo Z. Porque ya era hora.

