OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ha sufrido un revés judicial significativo en Europa que podría redefinir las reglas del juego para el entrenamiento de la Inteligencia Artificial generativa en el continente.
Un Tribunal de Múnich, Alemania, falló a favor de la sociedad alemana de derechos musicales GEMA, que había demandado a la compañía por utilizar letras de nueve canciones de conocidos artistas alemanes para entrenar sus modelos de lenguaje.
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La controversia se centró en la acusación de GEMA de que OpenAI había utilizado sin autorización letras de estas canciones protegidas para entrenar sus modelos GPT-4 y GPT-4o. Ambas partes reconocieron que las letras fueron empleadas en la capacitación de la IA.

El punto crucial de la sentencia radica en que el tribunal comprobó que los modelos de ChatGPT podían reproducir textos modificados de las canciones a solicitud del usuario sin tener conexión a Internet. Esto demostró que la IA había memorizado y almacenado efectivamente el contenido creativo, permitiendo su reproducción no autorizada y sin el consentimiento de los titulares de los derechos.
El tribunal de Múnich desestimó el argumento de OpenAI de que la reproducción de las letras podía atribuirse al azar, señalando que “Dada la complejidad y la longitud de las letras de las canciones, se puede descartar la casualidad como causa de la reproducción”.
Las consecuencias inmediatas para OpenAI
La sentencia impone una serie de obligaciones a OpenAI, sentando un precedente legal con implicaciones significativas para Europa.
OpenAI deberá abstenerse en el futuro de reproducir o modificar, total o parcialmente, estos textos sin permiso, bajo pena de una multa de 250.000 euros.
La compañía también fue condenada a pagar una indemnización a los demandantes por los daños causados. Además, se le obliga a informar de manera exhaustiva a GEMA sobre las actividades de uso de material protegido realizadas en el pasado y sobre los posibles ingresos obtenidos con ello.

OpenAI ya ha expresado su desacuerdo con el fallo y ha anunciado que apelará la decisión, negando que este caso afecte a los “millones de personas, empresas y desarrolladores” que usan ChatGPT a diario.
El precedente global: Europa vs. Estados Unidos
Este caso se convierte en un hito legal clave debido a la diferencia en las doctrinas de derechos de autor entre continentes.
En Estados Unidos, el debate legal sobre el entrenamiento de la IA se centra en el concepto de “Fair Use” (Uso Justo). Este principio permite el uso limitado de material protegido por copyright sin permiso para propósitos como crítica, comentario o enseñanza, lo que podría beneficiar a las empresas de IA bajo el argumento de que el entrenamiento es una “transformación” del contenido.
Sin embargo, la Unión Europea, y por extensión el tribunal de Múnich, aplica legislaciones más estrictas que priorizan la remuneración de los creadores. La sentencia alemana refuerza la línea de la Directiva de Copyright de la UE, estableciendo una obligación clara para que los desarrolladores de modelos de lenguaje lleguen a acuerdos de licencia con los titulares de derechos antes de utilizar sus obras. Este fallo obligará a Google, Meta y otros desarrolladores de modelos de IA a revisar con urgencia sus estrategias de entrenamiento en Europa.
Impacto futuro: El costo del entrenamiento de la IA
El impacto de este fallo va más allá de los 250.000 euros y la prohibición sobre nueve canciones específicas. La condena a pagar una indemnización y, sobre todo, la obligación de informar sobre los ingresos obtenidos con material protegido, podría sentar las bases para un cambio drástico en el modelo de negocio de la IA.
Si se replica la decisión en otros países europeos, OpenAI y sus competidores se verán forzados a negociar y pagar licencias masivas a sociedades de gestión como GEMA por el uso de bibliotecas enteras de texto, imágenes o música.
El costo de construir y entrenar futuros modelos de IA aumentará exponencialmente, ya que deberá incluir el pago por los datos de entrenamiento.
En este nuevo panorama, el futuro de la IA generativa dependerá de encontrar un equilibrio entre el desarrollo tecnológico y la remuneración justa a los creadores de contenido, cuyo trabajo es la base sobre la que se construyen estas poderosas herramientas.

