El lanzamiento de la aplicación de generación de video por Inteligencia Artificial de OpenAI, Sora, ha desencadenado una confrontación directa entre la tecnología deepfake y la protección de los derechos de imagen de los artistas. El actor Bryan Cranston, conocido por la serie Breaking Bad, alertó a su sindicato, el Screen Actors Guild-American Federation of Television and Radio Artists (SAG-AFTRA), después de que videos generados por usuarios de Sora replicaran su rostro y voz sin su consentimiento o compensación. El incidente subraya el riesgo inminente que las herramientas de IA generativa representan para la identidad personal y profesional de las figuras públicas.
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La preocupación no se limitó a Cranston; también se reportaron casos de réplicas no autorizadas de figuras históricas como Martin Luther King Jr. y del fallecido comediante Robin Williams. Esta oleada de contenido falso obligó a OpenAI a tomar medidas inmediatas. En una acción coordinada, el sindicato, Cranston, y las principales agencias de talento de Hollywood (United Talent Agency y Creative Artists Agency) lograron un acuerdo con la empresa para fortalecer las políticas de la aplicación.
Alianza con Hollywood y refuerzo de las salvaguardias
OpenAI confirmó el lunes que está trabajando en conjunto con SAG-AFTRA y las agencias de talento para reforzar las salvaguardias en torno a la replicación de la voz y la imagen de los actores en Sora. La compañía, desarrolladora de ChatGPT, busca responder a la preocupación de que los deepfakes se vuelvan indistinguibles de la realidad. Cranston expresó su agradecimiento por la pronta respuesta de OpenAI, señalando la importancia de que todas las empresas involucradas en esta tecnología respeten el derecho de los artistas a gestionar su propia identidad.
Como parte de esta colaboración, OpenAI se ha comprometido a responder de forma expedita a cualquier queja que reciba sobre la suplantación o el uso indebido de identidades. La compañía ahora ofrece a los titulares de derechos un control más granular sobre cómo y cuándo se pueden generar personajes que utilicen la apariencia de sus clientes. Esta alianza marca un punto de inflexión en el debate sobre la propiedad intelectual en la era de la IA, otorgando un poder de gestión directa a las agencias sobre el likeness de sus representados.
Apoyo a la legislación y políticas de consenso
La resolución del conflicto se extendió al ámbito legislativo. OpenAI, SAG-AFTRA y las agencias de talento anunciaron su apoyo al proyecto de ley estadounidense “NO FAKES Act”. Este proyecto busca establecer protecciones legales para los artistas contra las réplicas de IA no autorizadas. Sam Altman, CEO de OpenAI, reafirmó el compromiso de la empresa de proteger a los artistas contra la apropiación indebida de su voz e imagen, destacando que fueron de los primeros en apoyar la iniciativa legal.
OpenAI ya contaba con políticas que requerían el consentimiento explícito (opt-in) para el uso de la voz y la imagen de personas vivas, pero el caso Cranston demostró que esas medidas iniciales no eran suficientes. El endurecimiento de las protecciones de Sora, junto con el apoyo a la ley, refleja una presión legal y reputacional significativa sobre OpenAI para equilibrar la innovación tecnológica con los derechos de los artistas en un entorno donde la generación de video hiperrealista es cada vez más accesible.