Vegeta comenzó como un villano despiadado, pero con el tiempo se ganó el corazón de los fans y protagonizó uno de los arcos de redención más intensos de todo Dragon Ball. Como guerrero, como Saiyajin y como persona, su evolución es impresionante. Aun así, hay un detalle que lo separa de convertirse en una leyenda absoluta: aún no ha derrotado a un villano principal.
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Siempre a un paso de la gloria
A lo largo de la serie, Vegeta ha estado cara a cara con los enemigos más poderosos. Ha peleado como un campeón, ha mejorado sin descanso y ha sido clave para muchas victorias. Pero el golpe final, ese que consagra a los héroes, siempre se lo lleva otro.
Ya sea Gohan venciendo a Cell o Goku salvando el día contra Freezer, Vegeta siempre queda un paso atrás.
Dragon Ball Super le dio una oportunidad de oro contra Freezer Dorado, pero su arrogancia hizo que el plan se viniera abajo. Más tarde, durante la pelea contra Moro, aprendió una nueva técnica brutal (la Fisión Espiritual Forzada), pero otra vez le tocó jugar el rol de apoyo para que Goku brillara con el Ultra Instinto.
Grandes logros, pero sin final
Vegeta no es ajeno a la victoria: ha derrotado a enemigos como Zarbon, Dodoria o Pui Pui, y en la saga más reciente su nivel incluso ha superado al de Goku. Pero ese momento de gloria total, de derrotar al gran villano con sus propias manos, sigue pendiente. Y no por falta de poder.
Su transformación Ultra Ego le ha dado una nueva filosofía de combate y un nivel de fuerza descomunal. Sólo le falta una cosa: un momento que lo consagre.
El cierre perfecto para el príncipe Saiyajin
Todo parece indicar que este momento ha sido guardado con intención. Dragon Ball se ha vuelto más generoso con su reparto: Gohan y Piccolo ya han tenido sus minutos de fama, incluso Goten y Trunks protagonizaron sus propias mini-sagas. Entonces, ¿por qué no darle a Vegeta el acto final?
Sería poético. Vegeta no es cualquier Saiyajin: es el heredero del trono, el último príncipe de un pueblo destruido. Derrotar al villano final, especialmente si es alguien como Freezer Negro, cerraría un círculo perfecto. Sería el broche de oro para su legado y una forma simbólica de honrar a su raza.
¿Y si ese triunfo implica un sacrificio?
Conociendo a Vegeta, no sería raro que ese golpe final venga acompañado de un sacrificio heroico. Ya lo intentó antes (con Majin Buu), y aunque no funcionó, nos dejó una de las escenas más emotivas del anime.
Una autodestrucción épica contra Freezer Negro sería el cierre perfecto para su historia. ¿Trágico? Sí. Pero también legendario.
Y si el universo de Dragon Ball sigue expandiéndose, podría volver como Dios de la Destrucción, heredando el puesto de Beerus. Sería una forma de mantenerlo presente y al mismo tiempo elevarlo a un nuevo nivel.
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Vegeta se merece su momento
Dragon Ball le debe a Vegeta algo más que respeto. Le debe un último combate donde no juegue el papel secundario, donde no quede opacado por nadie, ni siquiera por Goku. La victoria final contra un villano central no solo lo haría inolvidable: lo convertiría en el héroe que siempre estuvo destinado a ser.
Vegeta no necesita otra transformación. Lo único que necesita... es su victoria.