Hubo un tiempo en que no sabíamos si Goku volvería. Más de una década sin nuevos capítulos, con rumores, redoblajes y videojuegos reciclados. Así sobrevivió Dragon Ball en su “edad oscura”. Dragon Ball GT terminó en 1997 y, durante años, todo parecía indicar que la historia de Goku había llegado a su fin.
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Pero los fans nunca se fueron del todo. Entre redoblajes, videojuegos sin rumbo y hasta una película de Hollywood que preferimos olvidar, el universo de Toriyama siguió respirando... a duras penas.
1. Una década sin contenido canónico
Durante los 2000, Dragon Ball estuvo en pausa total. Ni manga nuevo, ni anime. Solo silencio. Los fans seguían ahí, pero sin material nuevo, el entusiasmo flaqueaba. GT no dejó una huella profunda y Toriyama casi no participó. Fue una etapa de sequía para los seguidores más fieles.
2. Los videojuegos hicieron lo que pudieron… hasta que se quedaron sin ideas
Los juegos de Dragon Ball fueron el oxígeno del fandom. Pero tras tantos años, ya no había más sagas por adaptar. Budokai Tenkaichi 3 llegó a incluir 161 personajes. ¿Después de eso? Solo “What Ifs” y repeticiones. Divertido, sí… pero ya no era suficiente para mantener la llama.
3. Dragon Ball Z Kai: nostalgia remasterizada
Cuando en 2009 anunciaron un nuevo anime, los fans soñaron con una historia original. Pero no. Era Dragon Ball Z Kai, una versión más corta, remasterizada y con menos relleno de DBZ. No estaba mal, pero no era lo que muchos esperaban tras años sin novedades reales.
4. Los rincones oscuros del fandom no siempre brillaban
En ausencia de material nuevo, muchos fans se metieron a buscar contenido perdido u olvidado: OVAs raras, especiales de Año Nuevo, minijuegos educativos… Pero más allá de la curiosidad, pocas joyas ocultas valían la pena. La mayoría eran rarezas simpáticas, pero nada esencial.
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5. Dragon Ball Evolution: el error en carne y hueso
En 2009 llegó Dragon Ball Evolution, una adaptación de Hollywood que... bueno, fue un desastre. Mal guion, personajes irreconocibles y una ejecución que dejó cicatrices. Pero paradójicamente, ese fracaso ayudó a revivir la franquicia: Toriyama se motivó a volver y mostrar cómo se hacía bien.
6. Sin pantalla, sin poder
Durante años, Dragon Ball desapareció de la televisión. Cuando Toonami terminó en 2008, el anime perdió uno de sus principales canales de difusión. Aunque volvió más tarde, la ausencia se notó. Para muchos, Dragon Ball simplemente dejó de estar presente en la vida diaria.
7. Naruto, One Piece y compañía tomaron la posta
Mientras Goku descansaba, otros shonen como Naruto y One Piece dominaron el escenario. Dragon Ball dejó el trono libre y sus herederos lo ocuparon con fuerza. No era el fin… pero sí una señal de que si quería volver, tenía que hacerlo con todo.
8. Los DVDs confundían más que ayudaban
Coleccionar Dragon Ball en físico se convirtió en un rompecabezas. Versiones recortadas, ediciones con mala calidad de imagen o sonido, y precios altos. Encontrar “la edición definitiva” fue una misión para verdaderos guerreros Z. Y ni así todos quedaron contentos.
9. Los rumores eran el nuevo canon
En épocas de sequía, cualquier rumor parecía real. Dragon Ball AF, nuevos arcos, regresos secretos… la comunidad vivía de especulaciones. Con tanto tiempo sin novedades, era fácil dejarse llevar por ilusiones. Y sí, muchas veces nos la creímos.
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10. Los doblajes también miraron al pasado
Con nada nuevo que traducir, Funimation redobló los primeros episodios de Dragon Ball Z. Fue una oportunidad para corregir errores y ofrecer versiones más fieles. Pero, aunque valioso, seguir revisitando lo viejo no era lo mismo que avanzar.